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Figueras es un municipio ubicado en Gerona que guarda grandes sorpresas para todo aquel que desee realizar un viaje en el que enriquecer su cultura. Las opciones son casi infinitas: el Teatro-Museo Dalí, el Museo del Empordà, el castillo de San Fernando, la iglesia románica de San Pedro y el Museo de la electricidad (Museu de l’electricitat en catalán).
Este último pertenece a la Fundación Endesa y fue creado con el objetivo de mostrar la historia de la electrificación en la comarca, con objetos y herramientas que descubren la evolución del alumbrado en la ciudad y en los alrededores.
Una decena de expertos de innovación y sostenibilidad pudieron descubrir este museo como una de las últimas experiencias de un nuevo #EndesaChallenges, en el que debatieron durante dos jornadas sobre algunos de los proyectos de economía circular y conservación de la biodiversidad que hemos puesto en marcha.
El Museo de la Electricidad es un espacio que cuenta con más de 500 objetos históricos, con los que los expertos conocieron la evolución de la electrificación de la zona. Los invitados pudieron visualizar, desde un conjunto de lámparas donadas por el Ayuntamiento que iluminaban la ciudad de Figueras (de los años 40 con brazos de fundición de corte decimonónico, hasta los años 70, con un estilo mucho más moderno), pasando por las lámparas de arco voltaico que alumbraban la Rambla de Figueras hace más de 100 años, hasta un grupo de generación procedente de una central hidroeléctrica.
El museo forma parte de la actividad del Fondo Histórico, un proyecto de la Fundación Endesa para el desarrollo social mediante iniciativas culturales y educativas mediante la recuperación, conservación y difusión del patrimonio industrial de la empresa, una vez que ha finalizado su vida tecnológica útil. Además, la organización apuesta por proyectos educativos, de compromiso medioambiental y de formación para el empleo.
Su objetivo es difundir el legado que nos ha llevado hasta el momento presente a través de los elementos tecnológicos que hemos utilizado a lo largo de los años. Este patrimonio industrial se une a los fondos guardados y expuestos en el museo para mostrar, tanto nuestra evolución como la del alumbrado de las ciudades.
No solo iluminación, los visitantes también pueden encontrar todo tipo de documentos históricos de la compañía, maquinaria utilizada en diferentes instalaciones y aparatos de medida. Todo este material permite echar una mirada al pasado para alumbrar el nuevo horizonte que está por llegar, con un cambio de modelo energético que está cada vez más cerca.
La versatilidad de la electricidad para ser transformada en movimiento, calor, frío o luz supuso un gran avance en el confort doméstico.
El uso de los primeros electrodomésticos, como los que los expertos pudieron ver en el museo, supuso un auténtico progreso para los hogares. Con su llegada, resultaba más factible disponer de sistemas de calor (estufas), iluminación (bombillas), confort (calentador de agua de bañera) y comunicaciones (telefonía).
También para los ayuntamientos supuso un cambio tecnológico. Pese a que las calles y avenidas de Figueras se iluminaban con lámparas de gas desde 1860 (un sistema de iluminación difícil de instalar y de consumir), la llegada de equipos eléctricos de iluminación pública, el año 1987, supuso una auténtica revolución para la vida de la población de la capital del Ampurdán.
Las Administraciones Públicas, conscientes de las ventajas y privilegios que ofrecían las lámparas de arco voltaico frente a los sistemas de iluminación por gas, aplicaron de manera progresiva esta innovadora tecnología en sus calles y avenidas.
La industria, desde la revolución industrial, utilizaba máquinas de vapor en sus procesos productivos. El carbón catalán era escaso y de baja calidad, por lo que debía importarse al mismo tiempo que incrementaba los costes de producción.
La llegada de la electricidad y, con ella el motor eléctrico, supuso una auténtica innovación para la industria. La reducción de los costes de producción y la mejora de la productividad supuso un incremento de la eficiencia de la industria.
Puedes encontrar más información del Museo de electricidad a través de su documentación oficial.
Lo que un día fue innovación, ahora es historia de la tecnología. Es algo similar a lo que acabará pasando dentro de unos años con los objetivos que utilizamos actualmente.
Mirar al pasado nos ayuda a redescubrir cómo debemos avanzar para conseguir un futuro más eficiente. El principal núcleo de material del museo consiste en el fondo de la antigua Hidroelèctrica de l’Empordà, lo que nos permite conocer en detalle el comportamiento de este tipo de elementos y cómo han evolucionado hasta la fecha.
Esa misma información puede utilizarse a día de hoy para recordar la importancia de innovar y seguir evolucionando. El mundo necesita un cambio de modelo energético y la innovación se revela como la única vía para lograrlo respetando el medioambiente.
La conservación de la biodiversidad y la economía circular son algunas de las claves para conseguirlo, pero echar un vistazo al pasado nos ayuda a tomar perspectiva del camino recorrido para seguir avanzando.