
Verlo siempre en Español
Cada año se desperdician 49.000 millones de metros cúbicos de agua en todo el mundo, según un estudio de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2025 los recursos hídricos habrán bajado de los 500 metros cúbicos anuales recomendados por persona.
Cada año se desperdician 49.000 millones de metros cúbicos de agua en todo el mundo, según un estudio de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2025 los recursos hídricos habrán bajado de los 500 metros cúbicos anuales recomendados por persona.
¿Podemos hacer frente a esta situación mediante la innovación? Ante este escenario, es necesaria la creación de una estrategia que remodele las ciudades para que actúen de forma responsable bajo sistemas de gestión inteligente del agua que conecten con el concepto de la domótica y la smart city.
En este blog os hemos hablado en numerosas ocasiones de la ciudad inteligente y su relación con la energía, pero el futuro del agua también pasa por su gestión inteligente mediante proyectos que aseguren un uso sostenible y productivo para todos los ciudadanos.
¿Sabías que la pérdida de agua urbana en España llega al 25% del total suministrado? El big data y el Internet of Things (IoT) son solo algunas de las tecnologías más efectivas para crear sistemas inteligentes que eviten casos como este. Gracias a la innovación de los nuevos métodos, ha aumentado la búsqueda de soluciones y su testeo mediante proyectos como el Living Lab de Smart City Málaga, que sirven para probar las últimas tecnologías en un entorno real.
Optimizar el rendimiento de las redes de agua se convierte así en una prioridad que requiere la actuación de todas las organizaciones para concienciar a la población de la necesidad del cuidado del agua. Al mismo tiempo, las empresas también deben ayudan a crear tecnologías innovadoras que generen métodos más sostenibles.
Cumplir con las demandas reales de los habitantes y evitar pérdidas en el suministro es fundamental para ayudar al medioambiente. Las ciudades inteligentes serán capaces de asegurar un suministro de calidad mediante un uso responsable, pero no hablamos de un recorrido corto: los operadores y los ciudadanos cuentan con un papel vital en el gasto del agua.
También lo tienen las empresas, que deben cuidar la forma en la que utilizan los recursos hídricos en sus actividades. Estas deben tratar de ser más eficientes mediante las tecnologías que tienen a su alcance para que sus servicios estén optimizados sin que exista un fuerte impacto medioambiental.
La generación eléctrica también es importante en este proceso. El proyecto El Hierro 100% renovable busca un sistema de generación de energía que contribuya al desarrollo sostenible a través de dos fuentes renovables: el viento y el agua. En la central de Gorona del Viento se obtiene esta energía eólica e hidráulica de manera combinada para autoabastecer a la población de El Hierro.
Es un fenómeno que se extiende a escala global. Cada vez es más común encontrar tecnologías desarrolladas por startups para llevar las lecturas inteligentes a cualquier ciudad. Uno de los últimos descubrimientos es H2Know, un dispositivo que se está financiando a través de crowdfunding y que permite conocer fugas y áreas problemáticas.
En algunas zonas de la India están integrando sistemas de Internet de las cosas para la gestión inteligente del agua. De esta forma obtienen dos grandes ventajas: los habitantes conocen de manera detallada su consumo para reducir posibles excesos y, por otro lado, pueden reajustar el gasto en viviendas y edificios compartidos.
Si ponemos el foco en España, descubriremos que algunas ciudades como Rota (Cádiz) han instalado nuevos sistemas inteligentes que ya han ayudado a ahorrar un 15% del agua del servicio municipal, que se perdía por roturas en las tuberías y que, hasta el momento, no se podían detectar con precisión.
En 2016 se puso en marcha un proyecto de Logitek, el Ajuntament de Barcelona y BCASA, con el que implantaron una tecnología que permitía gestionar de forma inteligente el riego de parques y jardines en Barcelona: