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Ya son centenas de miles los proyectos financiados con éxito por crowdfunding. Este método se ha instaurado como una alternativa popular a las vías tradicionales de financiación de proyectos empresariales. El micromecenazgo no nació con el crowdfunding, pero se generalizó con la llegada de Internet hasta situarse como una vía particularmente interesante para las empresas que ven a su capital como un punto crítico para el éxito.
Esta técnica contribuye a la economía colaborativa. Encaja a la perfección con el concepto de compartir e intercambiar recursos entre un público indefinido y generalmente grande que busca colaborar con bienes y servicios. Se sitúa como un mecanismo de gran desarrollo que debe tenerse en cuenta a la hora de explorar los métodos de financiación de un proyecto, y gran parte de la responsabilidad de ese crecimiento la tienen las plataformas online.
Evolución de las plataformas de ‘crowdfunding’
Las plataformas tecnológicas que facilitan el contacto a creadores de proyectos y mecenas han ido evolucionando y diversificándose en función del procedimiento usado para la financiación. Podemos encontrar diferentes páginas web especializadas en donaciones, préstamos, aportaciones a cambio de acciones de la empresa o de recompensas relacionadas con el producto.
La microfinanciación se ha ido puliendo a través de estas plataformas, que han ido evolucionando hacia proyectos más realistas y beneficiosos. El procedimiento de financiación más común es el all or nothing o modelo de umbral. Los que buscan financiación solo la consiguen si la meta propuesta es alcanzada en un periodo de tiempo determinado.
Las estafas han aparecido de forma recurrente como una de las desventajas de este tipo de plataformas. Por ello, estas páginas han acabado estudiando los proyectos antes de publicarlos para su financiación. Un pequeño porcentaje del dinero recaudado va para las plataformas por sus servicios, siempre y cuando las propuestas lleguen a su meta. Pero estas webs no son las únicas que han evolucionado: los proyectos también han ido cambiando.
Tendencias actuales y futuras del ‘crowdfunding’
Se calcula que existen más de 2000 plataformas de crowdfunding en la actualidad. Una cifra casi tres veces mayor a la existente hace cinco años. Publicar un proyecto en una web para su financiación es un proceso que se ha simplificado con el paso del tiempo y que ahora es accesible para cualquier empresa con un mínimo de conocimientos informáticos. Aunque no todo acaba con la publicación: las compañías han observado que es necesario preparar estrategias que maximicen la financiación de la campaña de crowdfunding.
Proponer proyectos de calidad, factibles y presentados con claridad son factores claves para conseguir el éxito de un crowdfunding. Además, que la presentación sea creativa ayuda a la difusión y creación de una comunidad que va a apostar por financiar un proyecto antes de que se haga realidad.
La importancia de la presentación de la idea ha derivado en estrategias de comunicación tan importantes como las realizadas una vez que el producto o servicio ya se ha lanzado al mercado. Hablamos de campañas de comunicación que se utilizan para aumentar las cifras de ventas antes de que llegue la producción final del producto, dar a conocer a la marca o para concienciar.
Un ejemplo lo tenemos en Pebble. El reloj inteligente es uno de los proyectos de crowdfunding más conocidos. La apuesta por la financiación colectiva ha sido tal, que la campaña de la tercera generación de Pebble fue planteada para conseguir un comprador para la empresa, más que para el producto como tal. Poco después Fitbit adquirió.
Estas estrategias no son propias únicamente de productos y empresas: ¿recuerdas el Ice Bucket Challenge? Esta acción viral era en realidad una campaña solidaria de ALS Association para ayudar a los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica. Existían dos opciones: tirarse un cubo de hielo por encima y grabarlo para ayudar a difundir la información, o donar dinero para ayudar en la investigación de la enfermedad. Se trataba de una campaña para conseguir una financiación colectiva y concienciar a la población.
Son dos ejemplos que muestran que el crowdfunding se ha convertido en una estrategia de expansión para organizaciones y no solo en una vía de financiación para sus productos. Con la evolución de las plataformas y el desarrollo de los proyectos se está creando un nuevo método, aún en desarrollo, para conseguir repercusión para empresas y productos.
El futuro del crowdfunding pasa también por el desarrollo de nuevas plataformas que se orienten a nichos de negocio concretos y a sectores donde este tipo de financiación no es la habitual, como la ciencia y la investigación. Pero no es la única tendencia que se prevé: en unos años veremos la evolución del concepto de micromecenazgo hacia un modelo en el que los usuarios, o las propias empresas dentro de su organización, apostarán por personas específicas para el desarrollo de un proyecto personal. El crowdfunding tiene aún mucho camino por recorrer y las empresas y los usuarios serán partícipes de su futuro.