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Vivimos en un mundo interconectado donde, precisamente, esta característica ha contribuido al desarrollo de la sociedad. Gracias a la tecnología y las telecomunicaciones se ha alcanzado un nivel de globalización nunca visto. Han aparecido todas las gamas de instrumentos inteligentes que pierden su agudeza tan pronto carecen de una conexión a internet veloz. Y para dar solución al escollo tecnológico actual y superar las barreras de conectividad ha surgido como evolución natural del 4G el esperado 5G.
La conectividad 5G tiene un ambicioso plan por delante: lograr una conexión inmediata reduciendo la latencia y aumentando la velocidad de conexión ¡hasta de 10Gbps! Un avance que no solo mejorará la conectividad entre personas sino que será un adelanto de mayor calado.
El sector industrial, actualmente en un profundo proceso de digitalización, es uno de los que más expectativas ha depositado en este nuevo estándar con el objetivo de ser más eficiente. En el caso del sector energético el avance supone una enorme mejora en todas sus áreas que se verá reflejada en la experiencia del consumidor.
No es ajeno a todos que, desde hace años, la red eléctrica se ha sumergido en un proceso de digitalización. Una evolución que pretende lograr la máxima eficiencia energética a partir de la creación de redes inteligentes o smart grids. La incorporación de las nuevas tecnologías han derivado, además, en la necesidad de contar con un sistema de comunicación capaz de transmitir una gran cantidad de información de manera eficaz y segura.
Todos los elementos que integran una smart grid tienen que estar coordinados, desde el equipo de telegestión que detecta las incidencias en un hogar con mayor precisión, hasta el sistema de gestión que facilita el control de los picos de demanda. Y en la labor de cohesión de todo ello se encuentra las tecnologías de comunicación, por eso la irrupción de un nuevo estándar de conexión móvil tan veloz supone un avance importante.
La adopción de la conectividad 5G en el sector energético es un paso firme para mejorar la comunicación entre los dispositivos conectados. Al fin y al cabo, en una red inteligente los circuitos son capaces de revelar mucha información que ayuda a vigilar el consumo y monitorizar el comportamiento eléctrico de toda la infraestructura. El nuevo estándar puede transferir toda la información de una manera inmediata permitiendo a las compañías acceder en tiempo real.
Iniciativas como el Proyecto MONICA (MONItorización y Control Avanzado de redes de distribución MT y BT) de Endesa utiliza sensores avanzados y telecontadores que utilizan la información para prevenir y resolver problemas. El 5G ya no solo serviría para aumentar la velocidad de las transmisiones sino para dotarlas de mayor seguridad y estabilidad.
Cabe destacar que el IoT juega un papel imprescindible en el desarrollo de las smart grids y la reducción de latencia del 5G no hace más que contribuir a su expansión. No hay que olvidar que se reduce el desfase temporal que existe entre el servidor y el dispositivo. De hecho, se prevé que, con la red 5G totalmente implantada, crezca el número de dispositivos conectados a más de 20.000 millones en todo el mundo.
Otro de los aspectos que cambian con la llegada del 5G al sector energético es la manera en que se tratan los datos. Nos encontramos ante un volumen de información muy elevado que, además, ve aumentada su velocidad de crecimiento. Para poder hacer un tratamiento eficaz del big data se introducirán nuevos algoritmos y se apostará por la inteligencia artificial.
La velocidad de conexión dota a la inteligencia artificial de mayor capacidad para tomar decisiones y elaborar predicciones. Más aún cuando nos aproximamos a nuevos escenarios energéticos donde será necesaria la integración de sistemas de energías renovables.
La conectividad 5G podría considerarse una evolución sin más, pero el salto cualitativo es tan mayúsculo que casi supone una disrupción. La oportunidad de concluir la transformación digital de muchas industrias, entre ellas la energética, e introducir definitivamente el IoT a todo el proceso de producción y distribución.