Lo que te ahorrarás si usas el sol para secar la ropa

¿Cuántos euros te cuesta al año secar la ropa en una secadora?

Para calcular cuántos euros te gastas al año al usar una secadora, hay que tener en cuenta algunos factores como: el valor de la compra, su antigüedad, la etiqueta de eficiencia energética que tiene, la duración de los ciclos y la asiduidad con la que se usa

• ¿Cuánto dura una secadora? Las secadoras suelen tener una duración de 11 a 12 años, según la OCU. Aunque existe cierta variación entre sus extremos (entre 9 y 17), la media es más bien baja. Tras una década, dejan de funcionar y se convierten en un residuo electrónico que deberá reciclarse adecuadamente.
• ¿Cuánto cuesta una secadora? Si la eficiencia energética es muy baja (nada recomendable), las secadoras pueden llegar a costar alrededor de unos 250 euros. Si es elevada, pueden llegar a rondar los 950 euros. Las gamas medias tienen un coste entre los 700 y 750 euros.
• ¿Cuánto consume una secadora por uso?  En función de la eficiencia de la secadora se calcula que se consumen entre 1,12 kWh y 2,8 kWh por secado, aunque hay programas que pueden consumir bastante más.
• ¿Cada cuánto pones la secadora? En España, la secadora se pone más bien poco, pues la gran mayoría de los hogares ni siquiera posee una, a diferencia de otros países con más gasto energético per cápita, que suelen ser aquellos con menos horas de luz, temperaturas más frías y menos días de sol al año. Pero es coherente pensar que quien la tiene la usa, al menos, una vez a la semana. Unas 52 veces al año, algunas veces más si hay niños.

Se puede decir que el coste de no tender la ropa ronda los 70 euros al año. Por lo tanto, una familia puede secar su ropa por algo menos de 100 euros anuales. Parece poco, pero si tenemos en cuenta que si secamos la ropa al aire no solo nos sale gratis si no que, además, reducimos considerablemente el impacto medioambiental, merece la pena valorar otras alternativas.

La mejor alternativa para secar la ropa

¿Dónde tender la ropa si no es en la lavadora? Existen varias opciones como fachadas, patios interiores, azoteas compartidas, balcones, cocinas... Pero no todas las viviendas tienen el mismo espacio interior o exterior. En las viviendas unifamiliares aisladas, tender la ropa fuera es sencillo, porque suelen contar con jardín u otro tipo de espacios abiertos. Pero en vivienda en altura hay que buscar alternativas más creativas, por ejemplo, como es el caso de la azotea transitable común a todos los vecinos del bloque. Muchos edificios de finales del siglo pasado cuentan con una instalación de tendederos colectivos en la azotea.

Sin embargo, también abundan las cubiertas a una o dos aguas que hacen inviable el uso del tejado como secadora solar. En estos casos son muy frecuentes las dos o tres cuerdas ubicadas justo bajo la ventana de la cocina, de forma que se puede aprovechar todo el ancho de la fachada para colgar varias hileras de prendas. Esta solución es muy inteligente porque, en verano, la ropa de la cuerda impide que la irradiancia solar llegue a la fachada, es decir, tender fuera sábanas evita que se caliente el interior del hogar.

Pero cuando tender fuera no es posible por motivos estructurales, toca tender dentro del hogar. A veces es el salón, a veces un cuarto de invitados y a menudo es la propia cocina (cuando no se está cocinando, claro). En épocas de calor, cada vez más frecuentes en nuestro país, tender la ropa dentro puede suponer una ventaja añadida: la evaporación de agua es un proceso endotérmico que toma energía del entorno. Sí, tender la ropa dentro enfría las estancias, y en cierta medida es una alternativa al aire acondicionado, por lo que evitar la secadora supone un doble ahorro.

Secar la ropa al aire, una reivindicación comunitaria y vecinal

Por desgracia, los estatutos de una gran parte de comunidades de vecinos impiden la ubicación de tendederos en la fachada, lo que obliga a las familias a tener la ropa en el interior de la vivienda o incluso a la compra de una secadora.

La Ley de Propiedad Horizontal deja claro que cualquier modificación estética de la fachada ha de contar con el visto bueno de la comunidad. Es por eso por lo que merece la pena destacar los consejos de ahorro que pueden favorecer la opinión de estos sistemas de secado natural:

• Secar la ropa al sol es una manera eficaz y barata de reducir el consumo energético en un escenario de crisis ambiental y climática. Fabricar una secadora cuesta energía y recursos, y ponerla en funcionamiento no consume menos, ya que necesitamos producir la energía eléctrica con la que funciona.
• Aprovechar el calor solar es una alternativa muy beneficiosa para el ahorro colectivo de un vecindario. Una secadora supone un desembolso previo y un gasto anual que no todas las familias pueden permitirse.

Al igual que las comunidades de vecinos dan permiso para instalación de aparatos de aire acondicionado y placas fotovoltaicas de autoconsumo solar, convendría que también diesen permiso para que los vecinos puedan colocar un par de cuerdas junto a sus ventanas que les permitan secar la ropa gracias al calor de la atmósfera y la radiación solar. De esta manera, damos un empujón más a crear edificios sostenibles, rescatando costumbres pioneras en el cuidado del medio ambiente.