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- Esta segunda fase, dotada con 13 millones de euros, está dirigida a los colectivos más vulnerables, priorizando las zonas más afectadas por la crisis, y a la recuperación del tejido empresarial español.
- La dotación inicial del fondo, presentado en marzo, era de 25 millones de euros de los que 12 se han invertido ya en ayudas directas para la adquisición de material sanitario y donaciones a instituciones públicas y privadas volcadas en la lucha contra la pandemia.
Endesa, en su compromiso con la sociedad, presenta la segunda fase del Plan de Responsabilidad Pública, dotado con 25 millones de euros, y activado el pasado mes de marzo cuando la emergencia sanitaria sin precedentes, generada por el Covid-19, exigía unas medidas inmediatas de ayuda en nuestro país. La inversión de doce millones de euros en la compra directa de material sanitario y las donaciones a instituciones públicas y privadas volcadas en la lucha contra la pandemia ha contribuido a paliar esa necesidad inicial acuciante. Pero ahora queda un reto igual de importante que el primero: la recuperación socioeconómica de nuestro país y la ayuda urgente a los más vulnerados y a los más vulnerables.
Para ello, Endesa ha completado el diseño de la segunda fase del plan, cumpliendo lo esbozado en la presentación de la primera fase, y que se sostiene sobre dos ejes bien definidos:
1. Endesa Familias. La inclusión social es el objetivo, a través de proyectos de apoyo a familias en situación de vulnerabilidad en los territorios más afectados. Endesa quiere minimizar el riesgo de exclusión y para ello debe seguir ayudando a la cobertura de sus necesidades básicas. En la anterior fase del plan, casi 200.000 familias vulnerables fueron atendidas (con lo aportado por Endesa, su Fundación y los empleados a través de microdonaciones).
- En esta segunda fase se tendrá en cuenta la educación como necesidad básica. Endesa trabaja para paliar la brecha digital que se abre entre niños y jóvenes de diferente entorno económico cuando la educación se convierte en virtual y se necesitan herramientas específicas para acceder a las aulas.
- El empleo es otra de las necesidades más acuciantes derivadas de esta crisis por lo que la formación para acceder al mercado de trabajo es otra de las vías de ayuda del programa. Se realizarán programas para fomentar la empleabilidad en colectivos en situación vulnerable en desempleo derivado de la pandemia, a través de labores de acompañamiento, formación y desarrollo de competencias.
2. Endesa Activa. Reactivación económica. Medidas que propicien la reactivación del tejido empresarial español.
- Asesoramiento, digitalización y apoyo económico a pymes, el elemento base de nuestro tejido empresarial. La crisis ha dejado patente la necesidad de seguir apoyando a sectores con un alto grado de afección económica derivado de la crisis sanitaria y el confinamiento, a través de la creación de nuevas vías innovadoras de relación.
- Planes específicos de reactivación local a través de colaboraciones con entidades e instituciones especialistas en el mentoring individualizado de empresas que permitan adaptarse a la situación post COVID y aseguren su subsistencia. Endesa está profundamente vinculada a zonas que necesitan, más que nunca, el desarrollo de planes concretos y adaptados a la idiosincrasia de la zona.
Lecciones aprendidas
Esta segunda fase del Plan de Responsabilidad Pública de Endesa se apoya en lo aprendido y conseguido en esa fase inicial en la que, junto a la Fundación Endesa, se han establecido y fortalecido lazos de colaboración con entidades, instituciones y otras fundaciones en un tiempo record. Según el consejero delegado de Endesa, José Bogas, “la capacidad de la sociedad para, con agilidad, unir esfuerzos y volcar la dirección de sus proyectos hacia un foco distinto y solidario, debe ser una de esas lecciones aprendidas que han llegado para quedarse. La vida es impredecible, cierto, pero que hace falta un esfuerzo de todos para superar los retos, eso sí es predecible”.
Con esta segunda fase, la compañía quiere reforzar un mensaje que forma parte de su estrategia global: la necesidad de no dejar a nadie atrás, en cualquier transición energética, económica o social que se plantee. La transición justa, la sostenibilidad, exige que el bien sea para todos.
Endesa subraya la importancia de seguir muy pendientes de las necesidades sociales para que la situación actual no nos haga pensar que se puede volver a la situación anterior al estado de alarma. Miles de negocios, miles de familias, están en un nuevo y difícil escenario. Endesa ha gestionado una de cada dos peticiones de suspensión de contrato de electricidad realizadas durante el estado de alarma, en concreto, 15.182 (el 55% del total nacional) y el 47% de las solicitudes de aplazamiento del pago de las facturas, lo que ha permitido a 14.406 clientes de la compañía aplazar el pago de la electricidad durante lo peor de la crisis. Además, la compañía ofreció, voluntariamente, el aplazamiento del pago a clientes domésticos, con buen historial de pago, que por ley no iban a sufrir cortes de suministro, pero para que tuvieran facilidades en sus facturas. Endesa ha recibido también 2.541 solicitudes para acceder al bono social de trabajadores autónomos que han cesado su actividad o reducido su facturación en un 75% por la pandemia y no superaban determinados niveles de renta, los nuevos supuestos reconocidos para acceder al bono social durante el estado de alarma. Y Endesa ha realizado 67.347 solicitudes de modificación de potencia para adecuar la potencia eléctrica contratada por las empresas o autónomos a las nuevas condiciones provocadas durante la crisis y reducir así sus costes fijos, lo que supone que la compañía ha atendido el 57% de las 117.494 peticiones de ajuste realizadas por todo el sector eléctrico en España.