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El paisaje de Mallorca se ha convertido en el escenario de una transformación energética ejemplar. Con más de 300 días de sol al año, la isla ha adoptado las plantas fotovoltaicas como una alternativa verde y eficiente para generar energía limpia. Pero eso no es todo: Mallorca está liderando un proyecto pionero para almacenar esta energía, reduciendo aún más su dependencia de los combustibles fósiles. ¡Te contamos más!
El esfuerzo de Mallorca se materializa en las cinco plantas fotovoltaicas de la isla, que generan suficiente electricidad para abastecer a 24,000 hogares mallorquines, reduciendo 40,000 toneladas de CO2 al año. Aun así, al tratarse de una isla, tienen un sistema eléctrico más vulnerable, ya que dependen, en gran medida, de fuentes locales.
Por ello, la mayor instalación de baterías de flujo de vanadio en San Orlandis juega un papel crucial. Este sistema facilita la integración de más energía renovable, aportando flexibilidad y estabilidad a la red, lo que refuerza la seguridad energética y disminuye la dependencia de combustibles fósiles.
Pero la transición energética en Mallorca va más allá de la producción de energía limpia y la comunidad local sabe muy bien por qué. Organizaciones como la Fundación Esment colaboran con Endesa para ofrecer formación laboral a personas en riesgo de exclusión, enseñándoles a mantener los espacios verdes de las instalaciones fotovoltaicas de manera ecológica.
La concienciación sobre el consumo responsable de energía también está en el epicentro de la transformación. En el Instituto IES Llucmajor, los alumnos han participado en actividades como auditorías energéticas y visitas a parques fotovoltaicos, aprendiendo estrategias para reducir el consumo energético en sus hogares y en su entorno.
Además, la cultura y el entretenimiento no se quedan atrás en este esfuerzo. El Mallorca Live Festival, un evento que atrae a miles de personas cada año, ha implementado un plan sostenible en colaboración con Endesa, reduciendo su huella de carbono a través del uso de baterías híbridas y promoviendo el uso del transporte público entre los asistentes.
La isla está cambiando, y lo seguirá haciendo, hacia un futuro más verde y responsable con el medioambiente.