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Litoral, la brisa del cambio
El viento sopla ligeramente de levante y riza el Mediterráneo poco antes de tocar tierra firme en la playa de Cueva Alta, en Carboneras. Es una brisa suave de otoño, todavía templada, pero sobre la arena ya no se percibe el bullicio de meses atrás, cuando el termómetro vivía disparado. Sin embargo, apenas unos 100 o 200 metros más al sur, la actividad es frenética. No en vano, esta parte del litoral de Almería se ha convertido en uno de los puntos calientes de la transición energética en España. Allí, Endesa desmantela una de las centrales alimentadas por carbón más importantes del país.
La maduración tecnológica de las renovables y las políticas más restrictivas en materia medioambiental, impulsadas por diferentes organismos internacionales, entre ellos, la Unión Europea, propiciaron el cierre de la instalación. Con dos grupos de generación y una potencia de 1.159 MW, la térmica se desconectó de la red en diciembre de hace 2021 y a partir de ahí arrancó un laborioso proceso para desmontar ese auténtico coloso siguiendo los principios de economía circular.
Pero antes, al mismo tiempo que se moldea el futuro, que se aterrizan las nuevas ideas en trámites administrativos, los trabajadores de la primera línea siguen ahí y ejecutan de forma milimétrica los planes para revertir el terreno a su estado original. De una forma casi quirúrgica desnudan capa a capa cada una de las estructuras hasta convertirlas en lo que en realidad es una central: un montón de trozos de metal, tubos y cables… y, más tarde, montañas de escombro, a las que también se les tratará de dar otra vida útil, porque cada centímetro de esta central seguirá viviendo en una segunda vida que se le irá dando.
"Esta parte del litoral de Almería se ha convertido en uno de los puntos calientes de la transición energética en España”.
A resguardo de esa brisa templada, las pantallas y los ordenadores que transmitían la información del rendimiento de la central han dejado paso a las pantallas que protegen a los especialistas en desmantelamiento. Se agota un ciclo. Y se abrirá una nueva puerta. Siempre ha sido así.
"El objetivo es volver a liberar el suelo industrial sobre el que se asienta para que puedan florecer nuevos proyectos que catalicen la economía de la zona”.
El calor del vapor de agua ha sido sustituido por el de los sopletes que diseccionan sin descanso el descomunal entramado de piezas que compone una central térmica. La obra ya se acerca a cumplir el primer tercio de su recorrido total. Y, poco a poco, en este tiempo que se ha consumido desde que dejase de producir energía eléctrica hasta ahora, se ha ido produciendo un relevo natural entre las personas que se ocuparon con mimo de su operación y mantenimiento, a quienes se encargan de descomponerla con mano firme, recordando lo que fue cada elemento y pensando en el mañana que vendrá.