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Litoral, en silencio
Una central térmica es, en esencia, una instalación industrial con fecha de caducidad que tarde o temprano será un montón de trozos de metal, tubos, cables, … y que en algún momento acabará reducida a escombros. No hay nada especialmente traumático en ello. Es el proceso natural, el ciclo de la vida que también afecta a instalaciones inertes como la que Endesa ha mantenido en funcionamiento en Carboneras desde los años 80. Todos aquí somos conscientes de que el tiempo de quemar carbón se ha agotado.
Quizás el contexto internacional convulso, que afecta especialmente al sector energético, pueda dilatar la decadencia de esta fuente de energía, pero la sociedad hoy demanda energías limpias, que protejan al planeta frente al cambio climático. Y a nosotros nos toca ser parte de esta nueva corriente.
“La sociedad hoy demanda energías limpias, que protejan al planeta frente al cambio climático”.
La transformación tecnológica, como decía, la vivo con naturalidad. Lo único que sé que realmente añoraré cuando Litoral sea otra vez una parcela de suelo industrial con nuevos proyectos es a las personas con las que aquí he trabajado y con las que he compartido gran parte de mi vida.
Entré en la central hace 34 años, los primeros 18 a turno y toda mi carrera profesional la he desarrollado en esta central, que conocí incluso antes de incorporarme a la plantilla, porque mi padre vio en la entrada en operación de la planta, una oportunidad para acercarnos desde As Pontes, donde trabajaba, a Cartagena, la tierra de la que partimos. Aquí conocí a mi mujer que llegó a través de una beca en los servicios médicos y aquí se criaron mis tres hijos. Y uno de los grandes privilegios de venir cada mañana a Litoral es que te encontrabas con un equipo humano y profesional excepcional, que siempre trabajaba unido y que se ayudaba ante cualquier adversidad. Estoy convencido de que esa era la clave para que consiguiésemos resultados de negocio sobresalientes. Éramos la joya de la corona.
Pese a esto, la tramitación del cierre no fue una sorpresa para nadie. Tocaba una nueva fase en la producción de energía. Lo que sí tal vez nos sorprendió fue que esta transición en la que nos embarcamos se diese de una forma tan acelerada. En un abrir y cerrar de ojos me vi con un pie en el departamento de Operación de la central y, con el otro, apoyando al equipo de Ingeniería para planificar el desmantelamiento con los trabajos previos del Phase Out — el proceso para desconectar la instalación del sistema eléctrico nacional—.
Con el adiós a nuestras centrales térmicas de carbón se va una forma de producir energía en la que estábamos a la vanguardia tecnológica del mundo. Teníamos una gran capacidad para adaptarnos a quemar cualquier tipo de carbón y conseguir siempre datos de rendimiento de primer nivel. Daba igual que unos combustibles produjesen más ceniza; que otros tuviesen menos poder calorífico o que estuviesen más o menos dentro de los parámetros de diseño, al final lográbamos que Litoral funcionase a plena capacidad.
Recuerdo ahora como si fuese ayer el primer día en que llegué a trabajar aquí. Me abrumaron las dimensiones de la instalación. Todo lo que había estudiado en la Escuela se me había quedado corto dentro de la inmensidad de la central, para dominar los sistemas de producción (mecánicos, eléctrico, instrumentación y control …). Pero, poco a poco, después de muchos años recorriendo cada palmo de la central, y luego de ir pasando por diferentes puestos de trabajo y finalmente como Responsable de Operación, fui memorizando cada centímetro de este emplazamiento en el que estoy convencido que germinarán nuevos proyectos industriales.
“Recuerdo ahora como si fuese ayer el primer día en que llegué a trabajar aquí. Me abrumaron las dimensiones de la instalación”.
Porque el emplazamiento es privilegiado. A cualquier Ayuntamiento le gustaría tener una zona para desarrollar iniciativas empresariales como de la que dispone el de Carboneras, con una terminal portuaria y unas conexiones por carretera que se han ido mejorando paulatinamente gracias en gran parte al volumen de tráfico que fluía hacia la propia central.
En este sentido, el plan de transición justa Futur-e puesto en marcha por Endesa ha servido para canalizar nuevas ideas para la ocupación de estos terrenos. Algunas se encuentran ya en ejecución y otras, todavía en análisis. Sin embargo, lo que es seguro es que el adiós de Litoral ha despertado interés y que todo el valor que se ha generado en la zona en el pasado servirá para alumbrar oportunidades hacia el futuro. Y ese, probablemente, es nuestro mejor legado.
Jose Galiano
Responsable de O&M Phase Out / Commissioning Manager Iberia Litoral de Almería.
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