
Verlo siempre en Español
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“Como líder, uno tiene que buscar lo mejor de las personas”. Los grandes innovadores de nuestra época tienen como característica común tomar como punto de partida enfoques disruptivos.
Esta frase es una de las máximas que Sir Richard Branson repite una y otra vez. Y la realidad es que Branson, nacido en Londres en 1950, ha sido calificado como “excéntrico” en multitud de ocasiones. Sin embargo, el fundador de Virgin Group ha demostrado, con su particular forma de afrontar cada nuevo reto, que el éxito también se puede alcanzar poniendo el foco en el bienestar de las personas.
No hay más que ver la apariencia de Richard Branson para darse cuenta de que es una persona diferente. Alejado de los cánones a los que nos tiene acostumbrado el mundo empresarial, resulta complicado imaginarse que tras su pelo descuidado y sus típicas cazadoras de cuero casi tan icónicas como las zapatillas de deporte de Steve Jobs, se encuentra el fundador de 400 empresas y el dueño de una fortuna de más de 4.000 millones de euros.
"Hay que dejar que las personas hagan lo que saben hacer, no hay que criticarlos cuando cometen errores y hay que elogiarlos cuando hacen cosas buenas"
Además de tratar de sacar lo mejor de cada una de las personas con las que ha trabajado, tomar decisiones arriesgadas ha sido el otro eje sobre el que ha construido su éxito. Siempre buscando hacer aquello que realmente le apasiona, emprender. Por ello ha abierto empresas en sectores tan dispares como la música, la hostelería, las telecomunicaciones o el turismo aeroespacial.
La filosofía de hacer lo mejor para las personas no sólo está presente en la relación con los empleados de sus empresas. Mejorar la vida del resto del mundo forma parte de su forma de enfocar tanto sus negocios como su propia vida. Y siempre ha sido así. Su primera empresa, Virgin, que fundó con tan sólo 20 años, se dedicaba a la venta de discos de segunda mano. Su valor diferencial con la competencia radicaba en que los discos se encontraban en un estado muy similar al de los discos nuevos, lo que los convirtieron en los preferidos por el público.
Branson nació en el sur de Londres en 1950. Aunque sus calificaciones en el colegio no eran precisamente buenas, a los 15 años ya había fundado 2 empresas. Lo cierto es que no triunfaron. Pese a ello, no se rindió y a la tercera fue la vencida: la revista Student, lanzada cuando tenía 16 años, se convirtió en su primer negocio de éxito y le permitió conseguir fondos para fundar su primera organización con fines sociales, tan sólo un año después.
En 1972 Branson fundó la empresa que le haría multimillonario, Virgin Records. El éxito llegó de nuevo de la mano de sus ganas de arriesgar. El negocio de venta de discos de segunda mano que antes comentábamos prosperó y lanzó con su propia discográfica. Asumiendo riesgos que otros no se atrevieron a correr, el primer disco lanzado por Virgin Records en mayo de 1973 era el primer trabajo de un desconocido músico minimalista, conceptual y revolucionario llamado Mike Olfield.
Tubular Bells supuso toda una revolución en el mundo de la música. Dos meses después era el disco más vendido en Inglaterra. En otoño, el más vendido en Europa, y, tras ser el tema principal de la banda sonora de El exorcista, en todo el mundo. Todo esto, de la mano de una persona que había decidido llamar a su empresa Virgin porque se sentía totalmente “virgen” en el ámbito de los negocios.
Y sin embargo, Tubular Bells no fue el único éxito ni la única decisión arriesgada de la recién creada Virgin Records. Branson también firmó con los Sex Pistols para publicar el que sería su primer y último disco. La apuesta fue un éxito, y en pocas semanas el álbum llegaba al número uno de la lista de los más vendido en Reino Unido. Branson permanecería en el negocio discográfico hasta veinte años después, cuando vendió Virgin Records para financiar la empresa que le llevaría definitivamente al éxito empresarial: la aerolínea Virgin Atlantic.
Una de las claves de Branson es que su espíritu emprendedor le ha llevado a no acomodarse en los éxitos ni detenerse ante los fracasos. Así, además de Virgin Records y Virgin Atlantic, ha fundado empresas como Virgin Mobile, centrada en la televisión por cable, o Virgin Active, con clubs deportivos en todo el mundo. Y muchas más, hasta llegar a superar las 400.
"Cuando nos caemos aprendemos y salimos reforzados. ahí está la clave."
En 2004 comenzaba el que puede ser su mayor desafío: llevar a personas al espacio. Para ello, Richard Branson fundó Virgin Galactic. Pese a los retrasos, las críticas e incluso el accidente de una de las naves de pruebas, Branson sigue adelante en su empeño y está convencido de que cada vez está más cerca de conseguirlo. Y no es el único que cree en su proyecto. Stephen Hawking es uno de los que tiene ya plaza reservada para realizar uno de los primeros viajes.
Branson no se ha limitado a desarrollar proyectos que le han generado ingresos y pérdidas multimillonarias. Su obsesión por mejorar la vida de las personas le ha llevado a liderar y financiar iniciativas como The Elders. Formado en 2007, es un grupo en el que participan personalidades como Kofi Annan, Desmond Tutu o Jimmy Carter y cuya fundación fue anunciada por Nelson Mandela. Su objetivo, mediar en conflictos internacionales para conseguir soluciones pacíficas.
Pero, aunque es probablemente su iniciativa más ambiciosa en este sentido, no es la única. Su empresa Virgin Fuels tiene como objetivo obtener combustibles baratos y eficientes para coches y aeronaves que ayuden a contrarrestar el calentamiento global.
La historia de Richard Branson se basa en creer en las personas y en pensar en qué es lo mejor para ellas, pero también en una capacidad de superación admirable. Quizá Branson no sea un visionario como Elon Musk, Mark Zuckerberg o Steve Jobs, de los que ya hemos hablado anteriormente. Sin embargo, sus dotes de superación le han llevado a ser capaz de reinventarse una vez tras otra, apostando siempre por aquellos proyectos por los que ha sentido verdadera pasión.
Cuando tenía 22 años, poco después de inaugurar su primer estudio de grabación, Branson escribió una lista de “tareas pendientes” que nos dejan ver con claridad cuál es su filosofía de vida. Y es que en esa lista, además de algunas cuestiones relacionadas con el propio estudio, Branson incluía otras como “hacer estar a gusto a las personas que están conmigo”, “volver a invitar a la gente amable” o “aprender a volar”.
42 años después, Sir Richard Branson sigue queriendo aprender a volar y hacernos volar a todos cada vez más alto.