¿Por qué no avanza más rápido el despliegue de puntos de recarga para vehículos eléctricos?
Cuatro de cada diez cargadores para coches eléctricos en nuestro país se instalaron el año pasado. 2022 ha sido un año decisivo para el empuje de la red de infraestructura de recarga, pero aún hay algunas barreras que es necesario eliminar para acelerar el despliegue, dada la previsión de crecimiento de ventas de vehículos eléctricos para los próximos años.
La electrificación del transporte avanza en España, sin lugar a duda, aunque es necesario que el ritmo de crecimiento se acelere. Según el primer Anuario de Movilidad Eléctrica de AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico), el número de vehículos eléctricos se ha multiplicado por cinco en el último lustro.
Solo en 2022, las matriculaciones de vehículos eléctricos puros e híbridos enchufables (la gran mayoría, coches) subieron más de un 20% y la cifra total alcanza ya los 325.000. Y este último mes de septiembre ha sido el primer mes de la historia en el que los vehículos enchufables —híbridos y 100% eléctricos— han superado a los diésel.
Incluso con más fuerza se ha desarrollado este último año la red de cargadores en nuestro país: ha crecido un 38%, pasando de 13.300 a 21.500 puntos operativos en 2022. El ritmo ascendió a 22 cargadores al día, aunque la media de uso nacional de cada punto es todavía del 4%.
Pero, y ahí va el dato más preocupante, se instalaron otros 7.400 cargadores en nuestro país que no pudieron ponerse en marcha debido a la poca agilidad de los trámites administrativos que conlleva todo el proceso.
Y es que, aunque la electrificación del transporte es clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte (una cuarta parte de las emisiones totales), todavía hay que seguir trabajando para romper las barreras de entrada, como es la equiparación de los precios de los vehículos, la autonomía y el despliegue de infraestructura. Y en este último punto es clave la agilidad y superar barreras administrativas que existen en la actualidad.
Fases para la instalación de puntos de recarga públicos en España
Sea cual sea la tipología de la instalación que queramos construir, de más o menos potencia, los pasos a seguir son los mismos:
Comprobación de disponibilidad de potencia en la ubicación donde planeamos instalar los puntos de recarga.
Preparación del proyecto
Permisos para hacer la instalación
Obras de instalación
Trámites finales para la legalización y obtención de permiso de puesta en servicio
Conexión a la red de distribución
Puesta en marcha
Previo a todo proceso, es necesario que los operadores hagan un estudio de viabilidad técnico–económico que permitirá saber si cerca de este punto de recarga existen redes de baja tensión, para cargadores de carga rápida, o de media tensión, para cargadores de carga ultrarrápida.
Los procedimientos varían en función de la potencia de toda la instalación de puntos de recarga:
Instalaciones de baja tensión: uno o más cargadores con una potencia total inferior a 100kW
Cuando un operador quiere instalar uno o varios puntos de recarga que no superen en conjunto los 100 kW, en general, estos irán conectados una red de baja tensión. En este caso, los trabajos hasta la instalación no superan las 3 semanas.
Para la agilización del proceso de instalación de este tipo de puntos de recarga, a finales de 2021 el Gobierno publicó un Real Decreto mediante el cual las empresas operadoras (las que realizan la instalación, como Endesa X Way) solo deberá presentar una declaración responsable al ayuntamiento para empezar las obras.
Sin embargo, hay dos aspectos que frenan el avance que esta medida podría suponer: por un lado, solo aplica a los trabajos de instalación de la infraestructura por parte de los operadores, pero no a los trabajos necesarios para la conexión a la red de distribución que deben ser realizados por la empresa distribuidora, que sigue necesitando pedir licencia de obras, con lo que ello implica que se avanza en el despliegue de puntos que no entran en servicio por falta de conexión a la red, alargando los plazos de puesta en servicio de la infraestructura. Por otro, este trámite funciona de forma correcta en un 80% de los municipios; mientras que en un 20% no se tiene conocimiento de este decreto o no se aplica, por lo que se sigue exigiendo una licencia de obra.
Terminada la obra de instalación, se deberá contactar con la distribuidora de la zona para que conecte el punto de recarga a la red y para completar este proceso, la empresa distribuidora de electricidad debe realizar un proyecto de obra y pedir la licencia que comentábamos antes le permita llevar a cabo la conexión. Esta tramitación suele tener una duración promedio de nueve meses.
En conjunto, todo el proceso se puede dilatar una media de 10 o 12 meses. Una manera de agilizarlo sería exigir que todos los ayuntamientos aceptaran las declaraciones responsables y que esta figura también sirviera a las distribuidoras.
Instalaciones de media tensión: uno o más cargadores con una potencia total superior a 100 kW
Si hablamos de puntos de recarga de más potencia, los que todos queremos ver en las carreteras, que asemejarían el proceso de recarga a la idea de ir a una EESS y echar gasolina, los plazos se pueden alargar hasta 2 años.
La instalación de estos puntos de recarga requiere de un estudio exhaustivo del punto de conexión que realiza la empresa distribuidora de electricidad para conocer si en la zona existen redes de media tensión. Su duración aproximada es de dos meses.
Para la instalación y puesta en funcionamiento de los cargadores eléctricos es necesario tramitar los siguientes permisos:
Permiso de la delegación de Industria de la Comunidad Autónoma correspondiente, con una gestión variable dependiendo el territorio. Actualmente, los plazos de espera son muy amplios (pudiendo llegar al año) debido a la alta demanda de solicitudes por parte de autoconsumo, renovables, automoción, etc.
Recientemente, se ha publicado el Real Decreto-ley 5/2023 con el objeto de eliminar este trámite previo, pero al ser facultad de cada Comunidad Autónoma el aplicarlo, la respuesta es desigual, manteniéndose en muchas de ellas este trámite con el retraso comentado.
Una licencia de obra, con un tiempo de espera de 6 a 8 meses, para la construcción de un centro de seccionamiento y otro de transformación para el descenso de la tensión de media a baja.
Al finalizar la obra, que durará 2 meses aproximadamente, se necesitará un acta de puesta en marcha que habrá que solicitar de nuevo a la delegación de Industria, con un tiempo medio de espera de 4 meses.
Cuando la empresa instaladora tenga todo el proceso finalizado, habrá que esperar a la conexión por parte de la distribuidora que habrá gestionado solicitar sus propios permisos de construcción junto a la tramitación de otras autorizaciones.
La puesta en marcha una vez realizadas todas las tramitaciones necesarias por parte de la empresa instaladora y la distribuidora será de un día.
¿Cómo se podría agilizar el despliegue de puntos de recarga?
Como hemos visto, los plazos para recibir algunas autorizaciones de las diferentes administraciones tienen un impacto negativo en el despliegue de la infraestructura de carga eléctrica en España. Según un estudio de la Asociación Española de Gestores de Infraestructuras de Recarga (Aedive), la burocracia puede retrasar la instalación de un punto de recarga hasta un 75%.
Este retraso supone un obstáculo para el desarrollo del coche eléctrico en España. El Gobierno español se ha fijado el objetivo de que el 10% del parque automovilístico sea eléctrico en 2030. Para alcanzar este objetivo, es necesario contar con una red de puntos de recarga sólida y distribuida de forma equitativa alrededor del territorio español.
Estas son algunas de las medidas que permitirían agilizar el proceso de instalación de puntos de recarga:
Establecer reglas claras para la aprobación de puntos de recarga en zonas de afección de carreteras.
Aplicar el Real Decreto 5/2023, que elimina la necesidad de obtener permisos previos de Industria en la mayoría de los casos y acortar el proceso de autorización para la puesta en servicio.
Permitir la instalación de puntos de recarga con declaración responsable en el 100% de los casos.
Crear una ventanilla única para la gestión de permisos.
La adopción de estas medidas permitiría reducir el tiempo de instalación de puntos de recarga y acelerar la expansión de la infraestructura de carga eléctrica en España.