
Verlo siempre en Español
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Infla un globo, átalo y frótalo varias veces sobre un trozo de fieltro o un jersey de lana.
Acércalo al techo y ¡magia! El globo se queda "pegado" al techo. Es una manera de mostrar a los más pequeños el poder de la electricidad estática.
Para este truco necesitaremos de nuevo un globo. Vuelve a frotarlo contra un trozo de fieltro o algún tejido de lana y a continuación pásatelo por el pelo… ¡Verás cómo tus cabellos cobran vida!
Es otro ejemplo de electricidad estática que sorprenderá a los pequeños aprendices.
En el caso de que no encuentres ni un solo globo, quizá tengas en tu despensa un tarro de vidrio transparente, una cucharilla de plástico, un poco de sal y algo de pimienta.
Mezcla sal y pimienta en el interior del tarro y prepárate para separarlos gracias a la electricidad estática.
Es muy fácil: coge la cucharilla de plástico, frótala contra la ropa o el pelo y presta atención a lo que ocurre en la cuchara. Si te fijas, tanto la sal como la pimienta se van a ver atraídas por la cucharilla, que está cargada de energía, pero solo la pimienta se quedará "pegada".
Este experimento es más divertido pero requiere de un ingrediente que tal vez no tengamos en casa (pero que es fácil de encontrar en cualquier papelería): papel crepé, también llamado papel de china. Aparte de esto, lápices o rotuladores, unas tijeras, una regla de plástico y una prenda de lana.
Dibuja sobre el papel una serpiente y recórtala. Después, frota la regla contra la prenda de lana para crear una carga eléctrica. La regla atraerá el papel de la serpiente que, como es muy ligero, se alzará de la mesa.
Para este experimento final dejamos a un lado la electricidad estática.
¿Sabías que las patatas pueden generar electricidad? Puedes hacerlo en tu casa. Solo necesitas:
Monta un circuito simple con las patatas. Si colocas las patatas en serie, aumentas el voltaje. Si las colocas en paralelo, aumentas la corriente.
Usa las monedas como electrodos (coloca una de cada material en cada patata). Al encender el interruptor… ¡verás como la bombilla se enciende!
En realidad las patatas no generan electricidad. No son ni una pila ni un acumulador. La energía está ahí, no es un espejismo, y por eso la bombilla se enciende. Pero la electricidad se produce por una reacción de reducción-oxidación.
En realidad la patata es un electrolito. Si tenemos un electrodo de cobre (la moneda) y otro de cinc (el ácido ascórbico que contiene la patata) en un electrolito, se desencadena la reacción de reducción-oxidación. Ten en cuenta que la reacción durará lo que dure la solución de electrólito.
“Si sabes utilizar la energía que te rodea podrás iluminar bombillas con la sola ayuda de unas patatas”
Se nos ocurren muchas más cosas que puedes hacer con los pequeños de la casa para que estén entretenidos y, al mismo tiempo, aprendan. Te invitamos a visitar la iniciativa Endesa Educa: