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Existe un tipo de hogar que no precisa de calefacción en invierno ni de aire acondicionado en verano. ¿Lo conoces? Su nombre es passive house (o casa pasiva en español) y ya se aplica en un gran número de proyectos que apuestan por la eficiencia energética como pilar de la vivienda desde su construcción.
Para llevarlo a cabo, los expertos que desarrollan las tecnologías de la passive house deben centrarse en tres características imprescindibles:
En estas passives houses la temperatura tiende hacia los 20ºC, aunque puede variar en función de su localización y de la orografía del entorno. Sin embargo, esta cifra consigue mantenerse sin necesidad de dispositivos eléctricos o de gas que se hayan comprado con el fin de aclimatar el edificio.
Al no destinar ese esfuerzo energético para la temperatura, este puede centrarse en el resto de tareas del día a día del hogar. De este modo, los hogares pasivos se convierten en modelos reales de eficiencia energética que inspiran a otros expertos para crear materiales de mejor calidad térmica y más eficientes.
La passive house (también llamada passivhaus por algunos medios especializados) no es un concepto reciente. En los años 80 comenzaron a construirse en Alemania los primeros modelos de lo que hoy en día entendemos por una casa pasiva, aunque los elementos han ido evolucionando desde el origen del movimiento.
En aquel entonces, los materiales buscaban la máxima calidad energética pero sus decisiones estaban más ligadas a la orientación de la vivienda y al posicionamiento de las ventanas y las puertas. En la actualidad, los principios de diseño también afectan a la hora de tomar las siguientes decisiones:
Estas construcciones se enmarcan dentro de la arquitectura bioclimática, que junto al diseño energético, busca aislar la vivienda para mantener su propia temperatura. En ocasiones, este tipo de viviendas suele combinarse con otros elementos innovadores basados en el diseño energético, como sucede en el caso de Marjan van Aubel y sus generadores de energía en el hogar.
Contar con una passive house conlleva una serie de requisitos y, para asegurar su debido cumplimiento, existe una organización que verifica si una casa cumple o no con las diferentes características necesarias.
La Internacional Passive House Association (iPHA) es la encargada de esta tarea y entre los requisitos técnicos que comprueban se encuentran la demanda energética relacionada con la ventilación y con el uso de los dispositivos del hogar, además de la hermeticidad y la sensación térmica.
El objetivo de las passive houses es doble: por un lado su menor consumo energético busca el ahorro económico en las facturas, pero además es un estilo arquitectónico provocado por la responsabilidad y el respeto por el medioambiente.
No es sencillo aplicar los principios de la casa pasiva en todas las construcciones, ya que el espacio suele venir condicionado y no se pueden poner en práctica todas sus características. Sin embargo, es una tendencia en crecimiento que ya está comenzando a bañar otros diseños no tan centrados de manera tradicional en la sostenibilidad.