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Llevamos todo el año esperando al verano y cuando llega… nos morimos de calor. Los termómetros suben cada día más y empiezan las noches en vela, las duchas continuas y las ventanas abiertas de par en par esperando al aire fresco.
- Hay una solución sencilla: poner el aire acondicionado.
Pero tenemos que evitar como sea que el gasto de energía se dispare, tanto por el bien de tu bolsillo como por el del medio ambiente.
Te ofrecemos una serie de consejos que te ayudarán a disfrutar de una temperatura confortable en casa (sin sofocar tu factura).
¿Sabías que el aire acondicionado mal utilizado puede suponer hasta un tercio del gasto del hogar?
Climatiza bien tu hogar
Si aún no tienes aire acondicionado en casa, o si estás pensando en renovar tu instalación, confía siempre en un profesional cualificado para que te ayude a decidir lo que más le conviene a tu hogar.
En esta decisión no van a influir solo la orientación, los materiales o el diseño de la construcción. Factores críticos son también el número de personas que viven en la casa, la actividad que se realiza o incluso la antigüedad del inmueble.Como norma general seguiremos el consejo del Ministerio de Industria:
- termostato a 26º
Lo llaman temperatura seca de consenso: la suficiente para estar a gusto vistiendo ropa ligera y sin riesgo de sofocos.
Por debajo de esta temperatura el consumo se dispara y te conviertes en un consumidor de energía poco eficiente.
“26º es la temperatura óptima para sentirse bien en interiores durante el verano.”
Revisa el aislamiento
Mucha gente asocia el aislamiento con el invierno, pero cuando aprieta el calor también es fundamental que tu casa esté bien protegida del exterior. Por los mismos resquicios que en invierno se escapa (y malgasta) el calor de tu calefacción, es por donde penetra en verano, boicoteando a tu aire acondicionado.
Por lo tanto, no lo dudes: cada euro que inviertas en mejorar el aislamiento térmico de tu hogar supondrá ahorro 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año.
“Se puede conseguir hasta un 60% de ahorro de energía poniendo toldos en las ventanas y aislando adecuadamente techos y muros.”
Cierra las ventanas durante el día
Es un clásico del verano español: sol de justicia, calles vacías y ventanas cerradas a cal y canto.
Y es que la luz del sol directo que entra en casa da mucha vida, pero también mucho calor; especialmente en todas las ventanas orientadas al sur.
Para no malgastar la energía de la refrigeración, cierra las puertas y ventanas que den al exterior y corre las cortinas o baja los toldos cuando el aire acondicionado esté funcionando.
Además, también puedes ahorrar eligiendo qué habitaciones quieres tener frescas y cerrando las demás. Así no desperdiciarás energía en enfríar espacios que no lo necesitan.
Y cuando la temperatura exterior sea la adecuada… puedes abrirlo todo y que corra el aire.
Programa el termostato y olvídate
Si llegas a casa acalorado, bajar la temperatura al máximo para forzar un enfriamiento más rápido no es buena idea.
¿Por qué?
Por dos grandes razones: el contraste de calor exterior/chorro de aire frío puede afectar a tu salud y no conseguirás un confort mayor en menos tiempo. Solo obtendrás un gasto que no compensa.
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) cada grado que bajes el termostato supone un aumento del 8% en la factura.
Hazlo todo más sencillo que el verano es largo. Pon el termostato fijo en torno a 26º y deja que el aire acondicionado haga su trabajo a su ritmo.
Tu casa no es la oficina
¿Te suena lo de llevar chaqueta en interiores y quitártela al salir?
Aunque estés teletrabajando no necesitas tener la casa tan fría como los edificios de oficinas. Por debajo de 26º tu confort no aumenta, solo se dispara el consumo de energía.
Y además, no es nada bueno para la salud. El 20% de los resfriados y bajas laborales en verano son causados por la combinación de un ambiente seco (menos del 30% de humedad) y una temperatura interior baja (diferencia de más de 10º con respecto a la del exterior).
Evita problemas y aprovecha para vestir con ropa ligera, holgada y de tejidos traspirables. Date el gusto de airear tus pies y trabajar en chanclas.
Limpia los filtros de aire acondicionado
Son los grandes olvidados y no deberían. Un mantenimiento regular de los filtros es básico para su buen funcionamiento y para evitar que se acumule polvo en el interior de los aparatos entorpeciendo el flujo de aire hacia el exterior.
Y el aire es lo que enfría la casa. Cambiar el filtro con regularidad ayuda a que el aparato funcione de forma más eficiente y prolonga su vida útil.
- A veces las mejores soluciones son las más simples.
Un sencillo ventilador de techo puede ser suficiente para mantener un confort adecuado.
Una ducha templada, en torno a 30º refresca más que una fría (por debajo de 25º).
Y si vas a entrar en la cocina, que sea para preparar deliciosos platos fríos o para usar el microondas.
Los fuegos y, sobre todo, el horno, elevan mucho la temperatura de la cocina (y tu factura para enfriarla).
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