{{article.title}}
Verlo siempre en Español
Me llamo Jorge, he construido 12 plantas renovables en nuestro país, una en Rumania y otra en Polonia. Ahora estoy en Cuenca, construyendo una de las mayores plantas eólicas de España. Mi trabajo consiste en que todo funcione bien, desde la misma llegada de los buques cargueros con las piezas que luego completan el puzzle de un parque eólico.
Si no hay componentes no hay parques eólicos. Lo primero que necesitamos para construir una planta eólica son sus piezas. Los buques viajan entre cuatro y seis semanas y tienen que llegar a tiempo al Puerto de Castellón para que podamos transportar los componentes por tierra también a tiempo. Si no, todo se tuerce. Trabajamos con cronogramas muy ajustados que se tienen que cumplir, porque los atrasos suponen enormes perjuicios económicos.
“El transporte es uno de los frentes más importantes de la construcción de parques eólicos, porque tenemos que traer los componentes desde sus orígenes. Si no hay componentes no se pueden montar los parques eólicos”.
Las palas eólicas para la planta de Campillo en Cuenca son descomunales, cada una mide 75.5 metros y ¡pesan 22 toneladas! Estas piezas que son altas como un bloque de 25 pisos llegan en barco y también lo hace el nacelle, que es donde se alojarán después el generador de la turbina, su transformador, los armarios eléctricos y la multiplicadora de vueltas que es donde se engancha las palas.
“Las palas eólicas para la planta de Campillo en Cuenca son descomunales, cada una mide 75.5 metros y ¡pesan 22 toneladas!”
Coordinar la llegada de todo esto al puerto no es fácil. Recuerdo lo que me pasó una vez en Chile. No había suficientes carabineros, institución policial de este país, para hacer la escolta de los componentes por tierra desde el puerto, porque sí, nos tienen que acompañar por carretera ya que la envergadura de estos elementos es enorme y necesitamos su ayuda para el tráfico. Así que no podíamos descargar el barco, que estuvo fondeado a 40 millas de la costa durante semanas. Cada día del buque nos cuesta nada menos que 40 mil euros. En resumen, un problema nos genera muchos otros problemas: el puerto se satura, porque los componentes no salen, y la construcción se detiene.
Aquí en España pasa igual. Necesitamos que todo esté en orden, documentación permisos, personal, todo para que cuando llegan al puerto los buques de 150 metros de eslora, podamos descargarlos.
Y no se trata de algo sencillo. Una vez que se descarga hay que trasportar estas piezas, y muchas veces tenemos que hacer obras en las carreteras para que los enormes camiones de 85 metros de largo por 3,5 metros de ancho puedan atravesar en línea recta por el medio de las rotondas. Cuestión de física. Los componentes, sencillamente, no pueden girar. No caben. Así que hay que adaptar semáforos, quitar señales de tráfico o incluso farolas, y luego restituirlo todo a su estado original. Sin eso, no podemos descargar los barcos, lo que desencadena toda una serie de problemas.
“Tenemos que hacer obras en las carreteras para que los camiones puedan atravesar en línea recta por el medio de las rotondas. Los componentes, sencillamente, no pueden girar. No caben. Sin eso, no podemos descargar los barcos, lo que desencadena toda una serie de problemas”.
Todo puede ser un problema, por lo que hay que ser lo más eficientes posible. Cada proyecto eólico es una fábrica móvil, por decirlo así. Van entrando diferentes equipos, que van haciendo diferentes actividades… Toda la maquinaria tiene que estar muy bien engranada.
Y todo parte del puerto. La descarga en los puertos debe ser perfecta para evitar que se generen otros problemas. Las cargas en origen y las descargas en destino, en España, deben ser dinámicas porque los costes de amarres son elevados, por el alto precio de las horas de barco que llevan unos 30 tripulantes.
La cualificación del personal tiene que ser muy alta: los trabajadores deben de tener una cultura preventiva y entender la importancia de hacer las cosas bien. Son actividades que entrañan mucho riesgo, porque son cargas muy grandes y, por lo tanto, es un trabajo peligroso. Siempre hay una supervisión en los puertos, porque la seguridad, para nosotros, es lo más importante.
Cuando se descargan estos barcos es cuando empieza la construcción real de un parque. Hoy en día se utiliza la última tecnología del diseño de utillajes que faciliten mover más componentes en los barcos. Es decir, los bastidores que llevan estos sets de palas, desde los que las grúas, en el momento de la carga y la descarga, los sujetan para facilitar su manipulación. Porque en el barco las palas van unas sobre las otras, ya que los bastidores que las llevan se acoplan también unos sobre otros. Así podemos acopiar muchas palas en altura. Es ahí donde ponemos el foco de nuestra ingeniería, de nuestra tecnología. Cuantos más componentes podamos transportar en un barco, más barato saldrá el transporte por componente.
Además, somos muy vulnerables a la fluctuación del precio del combustible fósil que mueve los barcos. Aunque contratemos estos buques con una antelación de seis meses, la naviera no cierra el coste hasta el mes anterior al transporte.
Son, verdaderamente, muchos factores a tener en cuenta. Por eso hay que adelantarse a los problemas y afrontar mucho trabajo todos los días para que la maquinaria no se pare.
Cuando llegué al mundo de la construcción de las plantas energéticas, de hecho, tenía dificultades para conciliar el sueño, porque es una actividad muy estresante. Pero, luego, con la experiencia, aprendes a vivirlo de otro modo. Al menos, nunca hemos sido asaltados por piratas, que prefieren otros buques a lo que transportamos nosotros, con componentes muy grandes. Pero el riesgo siempre existe.
“Al menos, nunca hemos sido asaltados por piratas, que prefieren otros buques a lo que transportamos nosotros, con componentes muy grandes. Pero el riesgo siempre existe”.
Construction Manager de Nordex Group.
El legado que seremos es un reflejo de la transición energética justa en España a través de sus protagonistas.
Se trata de un proyecto patrocinado por Endesa creado e impulsado por el fotógrafo documental Álvaro Ybarra Zavala. Álvaro está siendo testigo de nuestro proceso de cambio, contando a través de sus fotografías las historias de las personas verdaderas protagonistas de este cambio.