Si prefieres ver la web siempre en español, haz click aquí.
En busca del disco de vinilo ecológico
Nadie pensó en este escenario desde los años 90 del siglo pasado, pero sí, en 2022 la facturación de ventas de discos de vinilo superó a las del CD. El aumento de la demanda supone un desafío para el medio ambiente que algunos han decidido asumir, para continuar impulsando un formato que se resiste a desaparecer.
En 2022 se produjo un punto de inflexión en la historia de la industria musical de los últimos 35 años: las ventas de vinilos superaron a las del CD. Según datos de Promusicae, en un mercado físico que sigue menguando (supuso únicamente el 12,26% del total), el vinilo crece un 15% situándose ya por encima del 52% del mercado físico en facturación. Este dato es importante porque, en unidades, se siguen comprando más CDs que vinilos (2,6 millones de unidades frente a los 1,7 millones de vinilos despachados en 2022), pero el público está dispuesto a pagar más por este formato.
Ya sea por nostalgia, por el atractivo del formato, por puro postureo o por el mojo del sonido, el hecho es que cada vez es más habitual encontrar este formato en los discos de artistas tanto emergentes como consolidados, e incluso estrellas de la talla de Rosalía o Taylor Swift, han optado por editar sus discos en vinilo.
Lamentablemente, la mayor demanda en la fabricación de vinilos lleva asociados unos costes medioambientales importantes, principalmente debido a las antiguas técnicas de fabricación que en muchos casos no han cambiado en los últimos cincuenta años, y la gestión del propio material con el que se fabrican, el cloruro de polivinilo (PVC o vinilo), que es tóxico y complicado de reciclar.
Para contrarrestar en la medida de lo posible estos efectos, y poder seguir disfrutando de nuestros vinilos, la compañía Deepgrooves, situada en Países Bajos, ha llevado a cabo una serie de innovaciones en su proceso de fabricación que la convierten (según ellos mismos aseguran) en la planta de prensado de vinilos más ecológica del planeta. Entre ellas, están la eliminación de metales pesados en el proceso de fabricación, sustituyéndolos por calcio y zinc. Además, el funcionamiento de la maquinaria se produce a través energía verde, gas verde y energía solar. Las etiquetas y cajas tienen certificación FSC, utilizan tinta ecológica, cinta adhesiva en papel biodegradable, en fin, multitud de medidas que se llevan a cabo en una fábrica casi 100% circular en términos de residuos, reciclaje y energía.
Muy cerca de allí encontramos Green Vinyl Records. Se trata de un proyecto colaborativo entre ocho empresas holandesas cuyo objetivo es reducir la cantidad de energía y residuos utilizados en el proceso de fabricación de los discos de vinilo. En este caso, la apuesta pasa directamente por sustituir el pvc por un nuevo compuesto llamado EP808 que, según aseguran, “puede lograr un igual o mejor sonido, gracias a su espectro de frecuencia más amplio, no puede deformarse y también tiene una vida útil más larga”. Además es 100% reciclable y el moldeo consume un 60% menos de energía. Tampoco se utiliza papel para la realización de las etiquetas ya que las imprimen directamente en el LP. Las empresas involucradas en este proyecto son: Symcon B.V., Polymer Research Group B.V., Geelen installations, Koot Automation & Service, MPB Mechanical Parts, Record Industry, Fontys Foundation, University Applied Natural Sciences y Mikrocentrum.
Evolution Music Ltd, en Reino Unido, también apuesta por un cambio en los materiales de fabricación, sustituyendo el vinilo por bioplásticos derivados de productos vegetales, tales como el aceite de soja, el maíz o la fécula de patata que conservaría la calidad en el sonido y no requeriría de cambios en las plantas de prensado.
Otra startup británica, ElasticStage, plantea un cambio significativo con respecto a los procesos tradicionales, mediante una forma progresiva de producir vinilos y material gráfico. ElasticStage no prensa vinilos, sino que cada disco fabricado es una grabación de primera generación. Con su sistema, aseguran, se eliminarán largos plazos de entrega actuales, que pueden llegar a ser de doce meses, y los artistas podrían vender sus LPs desde el minuto uno. El proceso eliminaría también el uso de productos químicos nocivos y consumiría menos energía.
También desde hace años suena el formato denominado Vinilo de Alta Definición, cortado mediante láser, lo que evitaría el uso de productos químicos tóxicos y mejoraría la ya larga vida útil de los vinilos.
En definitiva, parece que el vinilo ha vuelto para quedarse, (al menos unos años más), y que seguramente seguirá llamándose así independientemente del material con el que se fabrique en el futuro. Del retorno de los cassettes hablamos otro día.