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Se acerca el invierno, y con él los días más fríos del año, lo que conlleva el uso masivo de sistemas de calefacción en el interior de los edificios. Como es lógico, todos queremos estar lo más a gusto posible en nuestros hogares y lugares de trabajo, pero como ya comentamos con anterioridad aquí, ¿somos realmente conscientes del consumo de energía derivado de estos sistemas?
Según datos recogidos por el IDAE, el gasto de calefacción en los hogares representa el 41% del total de consumo energético. Por tanto, es muy importante que busquemos soluciones para evitar pérdidas económicas innecesarias e impedir el despilfarro energético a la hora de combatir el frío.
Ahorrar en calefacción
Para impulsar la eficiencia energética en este ámbito, podemos llevar a cabo acciones muy sencillas que nos ayudarán a conseguirlo, como:
- mantener una temperatura constante de 20º (para esto es conveniente emplear un termostato)
- no calentar habitaciones vacías
- apagar la calefacción por la noche
- utilizar alfombras (su uso reduce la pérdida de calor por el suelo)
- purgar los radiadores como mínimo una vez al año
Todos estos consejos son muy útiles para no desperdiciar el –valioso– calor en época invernal. Sin embargo, también es importante disponer de sistemas de calefacción eficientes que potencien el ahorro energético. A continuación, hablaremos de tres de los más eficientes: las bombas de calor, los suelos radiantes y las calderas de condensación.
Bombas de calor
Estos sistemas, aún poco extendidos, empiezan a ganar cada vez más peso en muchos países (especialmente en aquellos con un clima muy frío) gracias a su eficiencia. La característica principal de las bombas de calor es que son dispositivos que no generan energía térmica, sino que la transportan. O lo que es lo mismo, aprovechan el calor que hay en el aire y lo distribuyen por las zonas más frías del espacio que ocupan. Gracias a ello, multiplican la potencia ofrecida en relación a su consumo. El COP (coeficiente de rendimiento) de estos artefactos está entre 2 y 5. Un valor que comparado, por ejemplo, con el 0,95 que ofrece una caldera de gas convencional, demuestra un rendimiento realmente notable.
Al extraer el calor del medio, las bombas de calor son totalmente ecológicas. Otras ventajas de esta tecnología son:
- permite economizar el uso de la electricidad para calentar, lo que conlleva un gasto más bajo que el del combustible en una caldera.
- gracias a su mecanismo de inversión, las bombas de calor pueden producir también frío, por lo que su uso es rentable tanto en verano como en invierno.
Suelos radiantes
El suelo radiante es uno de los sistemas más eficientes y cómodos que existen en la actualidad. Consiste en emplear el suelo de un espacio como emisor de energía térmica, mediante un proceso que ocurre habitualmente a bajas temperaturas. Este tipo de suelos funcionan por radiación (es decir, que no necesitan calentar el aire de la estancia). La temperatura conseguida es generalmente dos grados menor de la que se obtiene con otros sistemas, pero es un sistema que mejora la calidad del ambiente.
Hay dos tipos de suelos radiantes, uno que funciona con agua caliente, y que consiste en un entramado de tuberías colocadas debajo del suelo, y otro que lo hace con electricidad. Este último ofrece una gran eficiencia energética, pues prácticamente toda la energía es transformada en calor, por lo que no se producen pérdidas.
Calderas de condensación
Dentro de la gama de calderas de gas, si lo que buscamos es generar la menor cantidad de dióxido de carbono, la caldera de condensación es la mejor opción. Esta tecnología produce agua caliente a baja temperatura (lo cual hace necesario el uso de radiadores más grandes o de sistemas de ese tipo de temperatura, como los suelos radiantes), pero con un rendimiento muy elevado (que, medido en condiciones tradicionales, es superior al 100%), debido a que permite aprovechar toda la cantidad de energía calorífica del combustible utilizado. Además, son mucho más silenciosas que las calderas convencionales gracias a su ventilador modulante.
Por otro lado, habría que destacar también el ahorro económico en la factura del gas que supone utilizar este tipo de calderas (entre un 15% y un 30%), y lo sencillo que es su mantenimiento.
El futuro de los sistemas de calefacción
Aunque ya existen sistemas eficientes como los que hemos comentado (y, por fortuna, una normativa que controla e intenta regular los que no lo son), se sigue trabajando arduamente en el desarrollo de innovaciones para este campo, que conlleven una mayor eficiencia energética. Por ejemplo, la startup Plactherm ganó la pasada edición del South Summit gracias a su proyecto sobre calefacción inteligente, basado en un sistema de baldosas provistas de sensores ambientales y de temperatura, los cuales les permiten actuar de manera autónoma. Además, este sistema es capaz de detectar cuántas personas hay en una habitación, y puede controlarse desde un smartphone.
Por otro lado, el ganador de Las ideas se mueven, consiguió el primer galardón gracias a un proyecto llamado Omni Surface. Se trata de una superficie diseñada para calentar espacios interiores mediante el aprovechamiento del calor del cuerpo humano, la cual es capaz de reintegrar en el dispositivo la energía térmica que este pierde.
Sistemas eficientes, mantenimiento eficaz
No solo es importante utilizar sistemas de calefacción eficientes, también lo es realizar un correcto mantenimiento de los mismos. En esta serie de vídeos, el cómico Leo Harlem nos cuenta, con mucho sentido del humor, las ventajas de cuidar la “salud” de nuestras calderas.
En el blog de Endesa nos importa la opinión de nuestros lectores, por eso os proponemos que respondáis a esta pregunta: ¿qué sistema de calefacción eficiente echáis en falta en la lista del post?
¿Qué inventos creéis que deberían aparecer en futuros posts del blog sobre este tema?