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La planta
La central térmica “Teruel”, situada en Andorra, fue construida entre los años 1974 y 1979 con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año.
El 19 de diciembre de 2018 presentamos la solicitud formal de cierre. En paralelo a la solicitud de cierre, presentamos de forma voluntaria un Plan de Futuro destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas concretas para promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona de la central.
En 2020 la central paró definitivamente, empezándose a aplicar el plan Futur-e para emplear a los trabajadores de la propia central y de la zona en las tareas de desmantelamiento.
Desmantelamiento circular
El desmantelamiento de la central es un trabajo de gran complejidad técnica que movilizará a unas 200 personas, que se ocuparán de los trabajos durante 48 meses.
La mayor parte de los trabajadores que participarán en las labores de desmantelamiento serán de Andorra y de localidades próximas a la central. Hemos promovido cursos de formación específicos para desarrollar estas tareas entre la población local, para fomentar esa mano de obra en la zona.
Para realizar la gestión integral del desmantelamiento se aplicará un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada una de las 259.780 Tn que conforman el volumen de demolición. Este método, junto con la aplicación de la economía circular en la gestión de residuos, permitirá un aprovechamiento máximo de los residuos, bien para su posterior reutilización como segundo uso, bien como materia prima.
Asimismo, hemos presentado un ambicioso plan para el nudo de Andorra con proyectos que aúnan desarrollo industrial y social de la zona.