Claves para una programación cultural de calidad
Diversidad, creatividad y trabajo en equipo son claves que forman parte de la receta del Palau de la Música Catalana para lograr una programación de calidad. Su objetivo final es ser motor cultural al servicio de la comunidad. Un propósito que se hace posible gracias a la colaboración de empresas como Endesa, que lleva acompañando a esta institución la última década.
Por Joan Oller
La programación de una sala de conciertos generalmente tiene como primer objetivo atraer al público, pero también debe incluir otras metas que la hagan realmente excelente. Estos objetivos pueden variar considerablemente y, en cada institución, se ponderan de manera diferente.
Los compromisos más relevantes que como Palau de la Música Catalana nos marcamos a la hora de programar conciertos incluyen la promoción y difusión del canto coral, el apoyo al talento emergente, la divulgación del patrimonio cultural, el descubrimiento de nuevas obras y el fomento de la creación artística.
En cada una de estas propuestas, a nivel global y filosófico, siempre buscamos la excelencia y la accesibilidad en la música, entendiendo que la música mejora la vida de las personas.
Diversidad de oferta y públicos
Desde el Palau, nos proponemos, además, no solo elaborar una programación atractiva en términos cualitativos, sino también llegar a diversos públicos, diferenciados por edad, origen y sensibilidades musicales. Queremos ofrecer una programación ambiciosa, tanto en cuanto a la pluralidad del público como a la diversidad de la oferta.
Así, ya sea a través de nuestra programación propia o mediante promotores externos que alquilan la sala, ofrecemos un abanico rico que incluye desde música clásica, antigua, contemporánea, jazz, flamenco y músicas modernas.
Calidad en línea con nuestros objetivos
El proceso de programación se fundamenta en los objetivos mencionados y en las líneas estratégicas que definimos cada temporada. Cada concierto se selecciona tanto por su valor intrínseco como por su relación con estos objetivos.
Por ejemplo, en el marco de la iniciativa "Palau 100", nos comprometemos a presentar cada temporada entre tres y cuatro de las mejores orquestas del mundo. Otro ejemplo significativo es el ciclo "Petit Palau Cambra", que da voz y oportunidad a jóvenes talentos catalanes en etapas incipientes de sus carreras. Aunque muchos de estos conciertos pueden ser deficitarios, creemos firmemente en su importancia, ya que cumplen otros objetivos relevantes para nuestra misión.
Una década de colaboración para facilitar el acceso a la cultura
En este sentido, valoramos la valiosa contribución de las empresas que nos apoyan con su mecenazgo, como Endesa, que hace posible la realización de estas iniciativas. Un compañero de viaje que nos permite acercar la música y la cultura a todas las personas y, además, hacerlo de una manera sostenible. Como permitir, por ejemplo, que alrededor de 100.000 hogares hayan podido disfrutar de contenidos musicales gratuitos en una plataforma en línea que permite hacerlos accesibles para todos: el Palau Digital.
Además, un caso emblemático es el del compositor barcelonés Domènech Terradelles, quien, tras marcharse a Italia para desarrollar su carrera artística, ha quedado en el olvido a pesar de su excelente obra. A través de trabajos musicológicos para recuperar sus composiciones, el Palau presentó el pasado día 24 su "Giuseppe Riconosciuto", una oportunidad para redescubrir su legado con este fantástico oratorio.
Creatividad entre todos
Por tanto, el proceso de programación es largo y continuo, configurado a través de un calendario dinámico, a partir de propuestas artísticas que nos llegan y las líneas definidas para cada temporada.
Se trata de un trabajo de creatividad en equipo, en el que tanto Mercedes Conde (directora artística adjunta), junto conmigo, y contando con nuestra comisión artística, presidida por Albert Guinovart, estamos en contacto constante con el público, los artistas y las tendencias de la sociedad.
A través de esta visión integrada, el Palau no solo se convierte en un espacio de conciertos, sino en un auténtico motor cultural al servicio de la comunidad.