La demanda eléctrica: tu guía de consumo

A la inversa, también es necesario conocer cuál será el consumo que demandarás en cada momento para poder planificar tu instalación eléctrica y optimizar tu tarifa. Para ello, el primer paso es comprender los componentes de la demanda de electricidad.

La tendencia de la demanda eléctrica

Este componente es el que más se relaciona con el largo plazo. Si tienes un negocio en crecimiento, lo normal será que, a medida que va pasando el tiempo, el consumo crezca en consonancia con el aumento de la actividad. Sin embargo, en algunas ocasiones, son varios factores los que afectan a la tendencia de la demanda de electricidad.

Por ejemplo, imagina que en paralelo al incremento de la dimensión estás desarrollando un plan de eficiencia energética. En este caso, es probable que, aunque la demanda debería aumentar debido al crecimiento del negocio, podría verse amortiguada por un consumo más responsable de los recursos.

A veces, la tendencia se ve afectada por cambios abruptos. Es el caso cuando, a partir de un momento dado, se implementan cambios que modifican el consumo de la electricidad desde ese mismo instante. Pensemos en lo que sucede en un negocio con gran alumbrado que cambia todas sus bombillas por unas de bajo consumo.

Otras veces hay cambios de tendencia mucho más progresivos, en los que la intensidad de la variación aumenta con el tiempo. Muchas de estas situaciones vienen marcadas por circunstancias que afectan a los clientes: campañas de marketing, cambios sociodemográficos, la estructura del mercado, etc.

A medida que las novedades se asientan van alterando los procesos de producción y, con ellos, el consumo eléctrico.

Los componentes cíclicos de la demanda y consumo eléctrico

Los componentes cíclicos de la demanda eléctrica son variaciones que ocurren en periodos específicos, generalmente superiores a un año. Se repite una y otra vez, con fases en las que el consumo de electricidad aumenta o disminuye con más o menos vigor. En general, son frecuentes en empresas muy centradas en proyectos que tienen una periodicidad concreta. Imagina que tienes un taller en el que fabricas un tipo de piezas cuyo proceso es largo. Después de que terminas una, comienzas con otra, y las fases del proceso, cada una con su consumo eléctrico particular, se repiten una y otra vez.

Se especula que también puedan existir ciclos económicos que afecten a la actividad de las empresas. De ser así, cada cierto año se repetirían épocas de crisis y bonanza, separadas por momentos de recuperación y decaimiento no tan pronunciados.

Además, hay empresas que pueden verse afectadas por determinados ciclos solares y biogeoquímicos. Estos no suelen guardar la misma periodicidad en todas sus fases, no serían cíclicos en este sentido, pero en los casos en los que sí lo son pueden influir en los cambios en el consumo eléctrico del negocio.

La estacionalidad en el consumo eléctrico

La estacionalidad es una variación semejante a la de los ciclos, pero que se repite con una periodicidad inferior a un año. Por ejemplo, sube o baja la demanda todos los días a la misma hora, uno o varios días de la semana o del mes, en una determinada época o estación del año, etc.

En la mayoría de los negocios produce las variaciones más intensas en el consumo eléctrico. Por ejemplo, algunas empresas permanecen cerradas en determinados horarios y consumen muy poco en ellos, nada más allá del mero mantenimiento de máquinas, iluminaciones, dispositivos, entre otros. Casi todas tienen unos períodos punta, en los cuales la demanda se dispara. 

Por tanto, suele ser muy importante entender todas las variaciones estacionales. Puede que tu demanda eléctrica sea mayor los jueves, pero que en invierno y por la tarde el incremento sea mucho mayor. La suma de todas esas variaciones en el pico es uno de los determinantes más importantes del tipo de instalación que necesitas.

Junto a la estacionalidad propiamente dicha, hay otros efectos de calendario. Por ejemplo, la Semana Santa o determinadas fiestas móviles se repiten todos los años, pero no en la misma fecha.

Otros componentes de la demanda de electricidad

Además de los componentes más típicos, hay otros que no son menos importantes. De entre los más influyentes destacan los “shocks externos”. Surgen en un momento dado, sin periodicidad concreta y movidos por fuerzas ajenas a la empresa: una crisis económica, un desastre natural, un accidente, etc. También los hay positivos en forma de contextos muy favorables para aprovechar oportunidades, que tienen su reflejo en la factura eléctrica.

Aunque sean difíciles de prever con exactitud, en muchos casos sí es posible lanzar alguna predicción. Por ejemplo, puedes pensar razonablemente que, de acuerdo con los datos pasados, la probabilidad de que estos “shocks” ocurran con una determinada intensidad se mueve en un margen específico. 

Junto a ello puede haber otras variables influyentes en la demanda de cada momento. Una de las más importantes es el desarrollo de proyectos concretos en tu negocio. Aquí es donde la gestión de la demanda eléctrica cobra relevancia, ya que un correcto análisis de tu consumo puede influir en la toma de decisiones para optimizar recursos. Además, el propio consumo de un período puede influir en el de los sucesivos. 

Finalmente, siempre hay una parte que depende de múltiples factores aleatorios. Aunque no sepas cuál va a ser su efecto concreto en cada momento, sí es posible predecir, con una determinada probabilidad, en qué entorno se van a mover esas influencias.