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La innovación no es solo cosa de jóvenes y hoy queremos hablar sobre 4 innovadores mayores de setenta y cinco años.
La innovación no es solo cosa de jóvenes y hoy queremos hablar sobre 4 innovadores mayores de setenta y cinco años, de diferentes nacionalidades, que aún siguen en activo, y cuyas historias hemos conocido a través de algunos reportajes publicados por la revista MIT Technology Review. Y antes de comenzar, haremos nuestras las palabras de su director, Jason Pontin, cuando afirmó que
"La innovación no tiene favoritos a la hora de elegir a sus siervos: los mayores son tan capaces de generar nuevas ideas como los jóvenes."
Cualquier persona interesada en la informática debería conocer la figura del estadounidense Alan Kay, toda una eminencia en ese campo, y considerado el padre de la POO -programación orientada a objetos-, además de niño prodigio y guitarrista de jazz profesional.
Las innovaciones en las que ha trabajado Kay a lo largo de su vida han sido muchas, y muy interesantes. Entre otras cosas, inventó el Dynabook, predecesor de las tabletas digitales modernas, y el lenguaje de programación Smalltalk (en el que se inspiraron los fundadores de Apple para diseñar sus primeros ordenadores personales). Su talento lo llevó a trabajar en empresas de la talla de Xerox-Parc o Atari, y a ser admirado por genios como Steve Jobs
Kay continúa en activo, tanto ejerciendo como presidente del Viewpoints Research Institute, una organización sin ánimo de lucro, como dirigiendo un proyecto educativo, One Laptop Per Child, que tiene lugar en países subdesarrollados. El objetivo: que todos los niños puedan disponer de un ordenador portátil para su educación. En concreto, el XO-1, diseñado especialmente para esta iniciativa, y que tiene un coste muy reducido.
"La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo."
La vida de esta jerosolimitana ha estado siempre volcada en los fenómenos químicos del cuerpo humano. Hasta tal punto que, en 2009, obtuvo el premio Nobel por sus enormes contribuciones a esa rama de la ciencia. Su especialidad: los ribosomas, unidades celulares en las que tiene lugar la síntesis de proteínas.
Su mayor innovación fue crear una técnica llamada crio bio-cristalografía, con la que se pudo desentrañar la estructura atómica de los ribosomas, algo que hasta el momento era impensable. Sus descubrimientos han sido determinantes para la creación de nuevos antibióticos, capaces de actuar directamente en el ribosoma de elementos patógenos resistentes a los medicamentos convencionales.
En la actualidad, Yonath sigue trabajando en sus investigaciones, y es directora del Centro de Estructura Biomolecular Helen y Milton A. Kimmelman del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel.
"El trabajo científico da satisfacción intelectual, y siento que, si hago lo que me gusta, puedo ser mejor persona."
Cada vez que usamos un procesador de textos (algo que ocurre muy a menudo), se nos da la opción de elegir entre muchas tipografías. Pues bien, muchas de ellas (como las populares Tahoma o Verdana,) fueron diseñadas por este londinense de nacimiento. Además, Matthew Carter fue el cofundador, junto con otro tipógrafo -el norteamericano Mike Parker-, de Bitstream, la primera empresa especializada en tipografía digital.
Han sido tan importantes las innovaciones que Carter ha introducido en el diseño tipográfico, que algunas de sus fuentes se exponen en una colección permanente en el prestigioso museo MOMA de Nueva York (como la Bell Centennial, la Mantinia o la Miller, entre otras), y muchos medios escritos, como los periódicos New York Times o Le Monde, cuentan en exclusiva con tipografías del británico.
Carter, a pesar de estar a punto de cumplir los ochenta, sigue trabajando en la creación de nuevos tipos de letras.
"La tipografía es un bonito conjunto de letras, no un conjunto de letras bonitas."
Este matemático estadounidense, profesor emérito de la Universidad de Stanford, y apodado cariñosamente Yoda (por su sabiduría y por su parecido físico con este famoso personaje de la saga Star Wars), es uno de los expertos mundiales en las ciencias de la computación, y una auténtica leyenda entre los programadores informáticos.
Todas sus innovaciones vieron la luz en ese ámbito, y se encuentran reflejadas en su obra más importante: una monografía de varios volúmenes titulada The Art of Computer Programming, donde el autor habla largo y tendido sobre el análisis de algoritmos de programación. Para maquetar estos textos, Knuth diseñó un software propio, el TeX, que más adelante dio origen al LaTex, un sistema de composición de textos con el que se crean actualmente casi todos los documentos científicos.
Aunque está retirado de la enseñanza, Knuth sigue trabajando en nuevos volúmenes de su obra.
"¡Una fórmula matemática nunca debería ser “propiedad” de nadie! Las matemáticas pertenecen a Dios."