La conducción autónoma, cada vez más cerca

Cada vez falta menos para que la conducción completamente autónoma sea una realidad y los coches no precisen de la intervención humana para desplazarse de un sitio a otro. El último paso lo han dado tanto el fabricante automovilístico Honda como Waymo, compañía especializada en el desarrollo de vehículos autónomos. 

El gigante japonés ha comenzado a comercializar recientemente en su país el primer automóvil del mundo con conducción automatizada nivel 3. Por su parte, Waymo ya opera una flota de taxis robotizados sin conductor de nivel 4 en Phoenix (Arizona, EEUU).

Los cinco niveles de la conducción autónoma

La carrera hacia la conducción autónoma o automatizada consta de cinco niveles según el grado de asistencia al conductor. Actualmente, muchos modelos del mercado ofrecen el nivel 2 gracias a sus sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), que realizan de forma automática funciones como frenar, acelerar, guardar la distancia con el vehículo precedente o mantenerse en el carril. 

Sin embargo, el nivel 3 que incorpora el nuevo Honda supone un salto muy importante, ya que el coche es capaz de asumir el control de la conducción sin necesidad de la acción humana. Eso sí, el conductor debe estar alerta para intervenir si el sistema lo solicita ante una situación de riesgo.

El sistema Sensing Elite del Honda Legend cuenta con el asistente Traffic Jam Pilot, la primera tecnología automatizada de nivel 3 reconocida por las autoridades japonesas. Este sistema puede conducir el automóvil en determinadas circunstancias, por ejemplo, en una autopista con tráfico intenso.

La tecnología determina la posición del coche y las condiciones de la carretera a partir de la información obtenida de mapas tridimensionales de alta definición, del sistema de navegación por satélite y de varios sensores externos (dos cámaras en el parabrisas, cinco radares y otros tantos sensores Lidar, ubicados en el frontal y la trasera del coche). 

El sistema también monitoriza al conductor a través de una cámara interior. Gracias a todos estos datos recopilados, el asistente es capaz de realizar predicciones y tomar decisiones en la conducción, como controlar la aceleración, la frenada y la dirección. Mientras tanto, el conductor puede ver la televisión, navegar por internet o utilizar el sistema de navegación en la pantalla central del vehículo.

Este asistente de conducción automatizada solo funciona con velocidades hasta 50 km/h y en carreteras con separación física entre carriles de sentidos contrarios. Además, cuando detecta una situación peligrosa alerta al conductor para que asuma el control. Si éste no lo hace, el sistema acaba deteniendo el vehículo y alertando al resto de conductores mediante las luces de emergencia y el claxon.

Los taxis autónomos ya están aquí  

Viajar en un taxi autónomo ha dejado de ser algo propio de las películas de ciencia ficción. Desde finales de 2020 cualquier persona puede hacerlo en la ciudad estadounidense de Phoenix, donde, tras varios años de ensayos con un grupo reducido de usuarios, Waymo ya tiene operativa una flota de taxis automatizados.

Según la compañía, entre el 5% y el 10% de sus servicios ya se realizan sin conductor. Esta flota opera Phoenix y su área metropolitana, que ha concedido una licencia para esta actividad debido a que es un escenario ideal para las pruebas por su baja densidad de población y buena climatología.

Estos taxis funcionan con nivel 4 de conducción autónoma, según el cual el vehículo es capaz de actuar por sí solo en una situación imprevista de peligro para conseguir el mínimo riesgo posible. Esta asistencia tiene un ámbito de funcionamiento limitado -aunque menor que en el nivel 3- en el que el conductor puede retomar el control. No obstante, el vehículo es capaz de detenerse por sí mismo en una zona segura si no detecta la intervención humana.

Todos estos avances suponen un paso importante hacia la conducción totalmente automatizada: la posibilidad de ir trabajando en tu coche mientras éste te lleva solo a la oficina cada vez está más próxima.