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La búsqueda de un material totalmente impermeable es una constante en el mundo científico. La certeza de saber que conseguirlo podría ayudar a mejorar la vida de millones de personas, es el motor que ha impulsado a un equipo del MIT para dar un paso más en este sentido.
Origen del material
La inspiración les llegó de la simple observación de la naturaleza. Las alas de una mariposa llamada Morpho y la estructura de las hojas de la Capuchina, una planta trepadora oriunda de Perú, son las musas de este nuevo material.
Este fenómeno no es ni mucho menos nuevo, desde que los hombres de la Edad de Piedra comenzaron a utilizar las pieles de animales, los ejemplos de la inspiración humana en el mundo animal y natural son incontables. Ahora, ha adquirido la categoría de ciencia y se conoce como biomímesis.
Lo que despertó el interés científico por la Capuchina y la mariposa Morpho fueron sus pequeñas ranuras que, gracias a su ángulo de contacto, permiten aumentar la velocidad con la que las gotas de líquido rebotan, reduciendo así el contacto con la superficie y por tanto humedeciéndolo menos. Una cualidad clave en la búsqueda de la impermeabilidad.
¿Dónde se utiliza este material?
Los usos donde se podría aplicar este nuevo material son múltiples. Su altísima velocidad de rebote permite, además, que el líquido se desprenda antes de congelarse. Esta cualidad es especialmente interesante para mejorar el funcionamiento de los motores de aviones y también permitiría optimizar la generación de energía eólica gracias al mejor funcionamiento de las aspas.
Ni que decir tiene que en el campo textil sus aplicaciones serían todo un éxito, desde la ropa técnica que utilizan los militares o los deportistas hasta tiendas de campaña y material de alta montaña.
Confiemos en que el desarrollo de esta investigación llegue pronto a nuestro alcance. Ya la decía el oso Baloo en el Libro de la Selva: “Si buscas lo más esencial, sin nada más ambicionar, mamá naturaleza te lo da”.
