Adaptar la organización de tareas y los horarios

En la economía, cuando se organizan las jornadas de producción, la coincidencia de actividades en un mismo rango horario puede ser clave en la efectividad de estas:

• Por un lado, la coincidencia podría favorecer la creación y fortalecimiento de redes y conexiones. Cuando todo está en funcionamiento es más sencilla la colaboración y la resolución de problemas. Se disminuyen las esperas, las tareas avanzan y los productos llegan antes y con menor coste.
• Pero, por otro lado, la coincidencia de actividades podría genera congestión en el uso de determinados recursos compartidos. El ejemplo del tráfico ilustra muy bien esta problemática, ya que, si todos los conductores acceden a una autopista a la misma hora, se producen embotellamientos en la carretera.

Este problema no tiene una solución sencilla. Lo óptimo sería que las actividades coincidieran solo cuando pueden complementarse. Sin embargo, en el mundo real, es frecuente encontrar que algo no funciona justo en el momento en el que lo usas o lo necesitas. Por lo tanto, las decisiones de los diferentes agentes económicos sobre los horarios no siempre son las mejores para los todos.

Afortunadamente, lo propio de las empresas es ir buscando equilibrios. Intentan adaptar la organización y los horarios a lo que demanda el entorno, y, para ello, van en busca de señales.

La tarifa eléctrica como armonizador de actividades

Una de las señales más importantes para las empresas es la tarifa eléctrica. Aquellas que tienen un consumo de energía menor tienen más libertad para elegir sus horarios, por ello tienden a trabajar en horarios de alta coincidencia. Así aprovechan que todo esté en funcionamiento para disminuir sus costes y mejorar sus ingresos.

Por el contrario, las empresas que consumen electricidad de forma más intensiva suelen enfrentarse a una mayor problemática, ya que esos horarios de mayor coincidencia son, habitualmente, los de tarifa eléctrica más cara, razón por la que suelen afrontar un importante reto organizativo.

En general, acostumbran a desplazar parte de su actividad a horarios menos concurridos. No obstante, lo normal es que muchas tareas conserven un horario de oficina, tales como gran parte de las relacionadas con la gestión y la relación con otras empresas, administraciones y consumidores.

Esta labor organizativa favorece el uso más razonable de los recursos compartidos. Por ejemplo, disminuye el consumo en horas punta de electricidad en tareas de telecomunicaciones, infraestructuras de transporte, etc. Eso reduce la congestión y hace que el conjunto de usuarios de estos recursos encuentre mayor beneficio para su empresa. Por tanto, el efecto es, en general, armonizador. Facilita que todas aquellas actividades con mayor consumo coincidan y que el resto se disperse hacia otros horarios para una mayor organización.

Los beneficios de la discriminación horaria

Si no existe un desplazamiento de actividad eléctrica intensiva a horarios menos concurridos, la tarifa será más cara y compleja. Principalmente, lo que tendríamos sería unas horas punta de consumo eléctrico muy marcadas en el horario laboral. Esto también depende de la estación del año en la que nos encontremos, cuando sea necesario un mayor tiempo de iluminación y climatización.

A partir de ahí, si no se quiere desplazar la demanda, habría que disponer de mayor capacidad para generar energía eléctrica en las horas punta del año. Eso, en general, supone invertir en nuevas instalaciones de generación de electricidad.

Lo normal es que las mejores opciones para producir electricidad se exploren al principio. De esta forma, las nuevas inversiones suelen venir asociadas a proyectos complejos y con elevados costes fijos. Eso hace más difícil establecer las tarifas adecuadas, que deben facilitar que esas grandes inversiones tengan sentido.

Disminuir la demanda eléctrica en el pico de consumo tiene grandes ventajas para la tarifa y para la generación de electricidad. Además, disminuir el peso de los costes fijos en el conjunto de la generación de electricidad puede abaratar la tarifa.

También, el consumo en horas valle ayuda al desarrollo de algunas tecnologías de generación de electricidad. Por ejemplo, en muchos momentos, la eólica puede estar produciendo en horarios en los que estas actividades con horarios desplazados son el principal destinatario de la energía.

Una tarifa más segura

Gracias al desplazamiento de actividad económica la tarifa se vuelve más segura. Este movimiento actúa como “colchón” para las situaciones más estresantes para el sistema eléctrico. Hay muchas empresas que, cuando es necesario, dejan de consumir. Así disminuye considerablemente el riesgo de que no haya producción eléctrica suficiente para abastecer toda la demanda en un momento puntual.

Eso aporta tranquilidad a todos los consumidores de electricidad, incluidos particulares, administraciones y diferentes tipos de organizaciones. Saben que la demanda y sus fluctuaciones no va a condicionar el suministro continuo que necesitan determinados aparatos eléctricos.

En definitiva, la tarifa eléctrica ayuda a organizar la actividad económica, y ese esfuerzo da sentido y seguridad a los precios de la electricidad. Por tanto, el beneficio es mutuo.

En Endesa te recomendamos escoger la tarifa de luz que más se ajuste a las necesidades y a la actividad económica de tu negocio, es la mejor manera de controlar el consumo y el gasto mensual en la factura de luz de tu empresa.