Qué son las unidades de medición lux y lumen y cómo pueden ayudarte a iluminar tu hogar

Para poder elegir la mejor opción para tu iluminación, es muy importante valorar la calidad de intensidad de la luz. Ambos conceptos son muy necesarios para entender bien las características que nos ayudarán a tomar la mejor decisión. Ya que no es lo mismo la intensidad de luz que necesitamos para la cocina o en un rincón de lectura, como la calidad que debe prestar la luminaria de nuestros despacho en comparación con la de nuestro dormitorio.

¿Qué es el lumen?

Pero, ¿cómo se mide el flujo luminoso de una fuente de luz? Con la medida conocida como lumen. El lumen pertenece al Sistema Internacional de Unidades y está representado por las letras lm. Se determina a partir de dos variables distintas: la candela (representada por las letras cd) que mide la intensidad luminosa, multplicada por el estereorradián (representado por las letras rd) y que representa una unidad de ángulos sólidos. De una manera más sencilla, podríamos decir que, para conocer el lumen, se multiplica la intensidad por el ángulo sólido que abarca. Por lo cual, el lumen representa la unidad de medida de la potencia luminosa que emite una fuente de luz, expresando así la potencia de una luz concreta.

La Unión Europea (UE) obliga a señalar siempre la potencia en lúmenes, además de la potencia de consumo en vatios. De esta manera podremos conocer la eficiencia de la bombilla, pues lo ideal es emplear el menor número de vatios para generar más lúmenes.

Consumo de potencia eléctrica mínimo

¿Qué es el lux?

A partir del lumen (lm), se puede conocer el lux, que no es más que la unidad de medida que se emplea para conocer el nivel de iluminación. Esta operación es mucho más sencilla, una vez sepamos el lumen de una luz, partimos el resultado por metro cuadrado.

Esta operación se realiza para conocer cuánta luz se está abarcando dentro de una estancia, si nos quedamos cortos, corremos el riesgo de que solo se ilumine cierta parte de la habitación. Por eso existen unas recomendaciones generales adaptadas para cada tipo de superfície:

Recomendaciones de lux por estancia

Zona encimera (cocina): 500-600 lux

Espacio general (cocina): 200-300 lux

Zona de lectura/ trabajo (salón, despacho o dormitorio): 500 lux

Espacio general (salón, despacho o dormitorio): 100-200 lux

Espacio general (sala de estar): 200-300 lux

Espejo/tocador (cuarto de baño): 300-500 lux

Espacio general (cuarto de baño): 200 lux

Zona de paso: 100-200 lux

La legislación laboral vigente estipula un mínimo de lux para poder desarrollar un trabajo profesional con garantías para nuestra salud. El luxómetro es el aparato que utilizan los profesionales para medir la iluminancia y saber si nuestro puesto de trabajo cumple la normativa. Por eso, es importante seguir las instrucciones cedidas por la empresa para acomodar nuestro lugar de teletrabajo.

¿Qué diferencia hay entre el lumen y el lux?

El lumen nos ayuda a entender cómo funciona el flujo luminoso en función del ángulo en el que se proyecta la luz. Si el ángulo es muy cerrado, el grueso del flujo se concentrará en un espacio reducido, como las lámparas de mesa que apuntan toda su potencia a un sitio en concreto. Al contrario, si el ángulo es muy abierto, la potencia de ese flujo se reparte.

Por su parte el lux, tiene en cuenta la luz en la superficie a iluminar: no es lo mismo un flujo de luz determinado en un metro cuadrado que repartido en 10 metros cuadrados.

Y aunque estas dos unidades de medida estén relacionadas, pues el lux no es más que el lumen dividido por el metro cuadrado, son diferentes y miden dos aspectos distintos igual de importantes.

Las bombillas LED y su eficiencia en lumen y lux

Como queda reflejado en la tabla anterior, las luces LED son las más eficientes en términos de potencia de consumo (W) y potencia de flujo de luz (lm). Su diseño permite que la luz que emiten se propague en forma de un haz con un ángulo concreto, haciendo que la potencia se concentre en este haz e iluminando la mayor superficie posible.

Esto no sucede con las bombillas corrientes, que desprenden la luz de manera uniforme alrededor de la bombilla, sin dirección determinada. Por ello, mucha de la luz de la bombilla convencional se desperdiga y se pierde, restando eficiencia a ese punto de luz.

Por lo tanto, al poder dirigir la luz de las bombillas LED, su flujo (lm) puede concentrarse sin disgregarse en una superficie concreta (m²), por lo que es mucho más eficiente e incurre en un menor consumo en tu factura de la luz.