¿Por qué la luz es tan cara en España?

¿Por qué la luz es tan cara en España?

Para entender este fenómeno, debemos partir del sistema de fijación de precios de MWh que tenemos en España. Los mercados mayoristas de electricidad, también llamados pool, hacen coincidir la oferta de las compañías generadoras de electricidad con la demanda que presentan las empresas distribuidoras.

La generación de energía puede tener diversos orígenes: centrales térmicas alimentadas por gas, centrales hidroeléctricas, centrales nucleares o energías renovables (como la solar, eólica o mareomotriz). Cada forma de generar energía tiene un precio, que, además, puede variar en distintos momentos del año o del día. Esto quiere decir que los MWh que vierten las generadoras en el pool refleja los costes de producción.

Por parte de las empresas distribuidoras, las que compran la energía, hay que destacar que la demanda es poco elástica, es decir, no hay manera de sustituir la electricidad, por lo que los precios subirán en el momento que aumente la demanda y la oferta no lo haga en la misma medida.

Asimismo, hay que tener en cuenta que no todas las maneras de generar energía pueden activarse a la voluntad del hombre para ajustar la producción a la demanda. Si un día no hay sol o viento, no podremos obtener electricidad de plantas solares o eólicas, que, además, suelen generar los kWh más baratos del mercado. En esos casos, hay que recurrir a otras vías (centrales de gas, hidroeléctricas o nucleares), donde el coste del MWh es mayor.

A estos asuntos, se suma el sistema de subasta de los mercados mayoristas de la Unión Europea (UE). El precio se establece por tramo horario: el coste del último MWh contratado para satisfacer la demanda fija el precio de equilibrio del mercado que es el que reciben por cada MWh generado las empresas productoras. Eso sí, los primeros MWh que entrar en la subasta son los más baratos, hasta casar con la demanda. En Europa, es común que la mayor parte de la energía se negocie entre comercializadores y generadores, utilizando el mercado diario como herramienta para realizar los ajustes finales.

Este mercado está basado en el sistema marginalista, un sistema que ofrece varias ventajas, como por ejemplo: asegurar los primeros puestos a las energías de bajas emisiones, fomentar la inversión en tecnologías renovables, garantizar la equidad entre grandes y pequeños generadores de electricidad y protección ante posibles abusos por parte de los generadores.  

Lo cierto es, que tienen una gran desventaja: este sistema es muy sensible a las fluctuaciones de los precios de las fuentes de energía. Si es posible cubrir la demanda solamente con energías renovables el precio será mínimo, sin embargo, si es necesario utilizar gas, el precio se puede elevar bastante. Por esta razón, el mercado mayorista recibe amplias críticas en momentos como el que estamos viviendo, en el cual los precios escalan rápidamente.  

Recapitulando, tenemos MWh procedentes de centrales nucleares, con una producción constante y precios bajos; MWh procedentes de renovables, que son con diferencia los más baratos pero su generación es muy irregular. Por tanto, es necesario recurrir a kWh más caros, como ciclos combinados de gas o hidroeléctricas, para poder satisfacer la demanda.

¿Por qué gas e hidráulica?  

Por su capacidad de almacenamiento. La electricidad no se puede almacenar en grandes cantidades (de momento, porque ya se están desarrollando acumuladores que en el futuro podrían ser muy útiles). Sin embargo, el gas y el agua sí pueden acumularse en depósitos y embalses, respectivamente. Cuando se prevé un pico de demanda, se pueden liberar y aumentar la generación eléctrica, algo que no podemos hacer con otros tipos de energías.

Si continuamos con las particularidades de España, debemos subrayar su capacidad de generación renovable, que alcanzan casi la mitad del mix energético. No obstante, sabemos que variables como la climatología hace que descienda ese porcentaje y haya que recurrir al gas.

La luz más cara en la historia de España

El precio del MWh más caro de la Historia de España se registró la tarde del 8 de marzo de 2022. En la franja de las 20 horas de ese día, el MWh llegó a costar 700 euros, debido a los altos precios del gas provocados por la Guerra de Ucrania. El precio medio del MWh de ese día era de 544 euros.

Impuestos, peajes y costes de producción

Hemos hablado del precio del MWh en el mercado mayorista, que, obviamente, condiciona la factura de la luz. Pero hay otros costes que se reflejan en tu factura que vamos a desglosar a continuación:

Impuestos:

• IVA: el Impuesto al Valor Añadido es del 21%, sin embargo, el Gobierno ha suscrito reducciones temporales de este porcentaje (hasta el 10%) para paliar la subida del precio de la luz.

• IVPEE: el Impuesto a la Producción Eléctrica, que supone en gravamen del 7%, que temporalmente se ha visto suspendido.

• IEE: el Impuesto Especial sobre la Electricidad, también conocido como impuesto eléctrico, que es del 5,113%, pero que temporalmente se ha reducido al 0,5%.

Peajes o tarifas de acceso: se pagan aquí redes de transporte y distribución, el fomento de las energías renovables, al mayor coste de producción en los sistemas no peninsulares, las anualidades para recuperar el déficit de tarifas. Varían cada año y los fija la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Margen de la comercializadora: corresponde a los servicios que presta la compañía. Si perteneces al mercado PVPC, es un término fijo por potencia contratada y un variable por tu consumo. Si perteneces al mercado libre, se repercute en el coste de la energía.

Alquiler del equipo de medida: lo que se cobra a los clientes que no tengan un contador en propiedad.