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¿Cómo será el modelo energético del futuro? Nuestra visión es clara: para cumplir nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático debemos evolucionar hacia un modelo sin emisiones. Para ello es necesario avanzar en la descarbonización de nuestro mix energético de forma progresiva, garantizando siempre la seguridad y calidad del suministro.
En el nuevo modelo libre de emisiones tendrán un papel muy importante las energías renovables, que, para asegurar la continuidad del suministro, tendrán que estar respaldadas por sistemas fiables de almacenamiento. Por eso, el desarrollo de las tecnologías de almacenamiento energético son claves en este proceso.
Uno de los principales retos a los que se enfrentan estas tecnologías en su expansión es su coste actual de desarrollo. Sin embargo, en los próximos años se espera una importante reducción de coste en los sistemas de almacenamiento, tanto en baterías de IonLi, debido al desarrollo del vehículo eléctrico y aplicaciones de red, como con la aparición de nuevas tecnologías como las baterías de flujo, metal aire, etc
Nuestra apuesta por el almacenamiento energético en datos
Desde Endesa impulsamos el crecimiento de esta tecnología para compensar la falta de previsibilidad y la intermitencia de las energías renovables. El almacenamiento nos permite estar preparados para gestionar los flujos de energía, apoyando a la red principal y permitiendo una mayor implantación de las energías renovables.
Además, el almacenamiento permite desarrollar micro redes en áreas de difícil acceso, para llevar la electricidad donde sea necesario. Ese es el caso de la isla de La Graciosa, en Canarias, donde participamos en un proyecto dirigido a crear un sistema autosuficiente en el que se podrá generar, almacenar y distribuir la energía en la propia isla. Además, será una energía limpia, de origen renovable.
El sistema de La Graciosa incluye una tecnología de almacenamiento energético híbrido mediante ultracondensadores y baterías salinas, que servirá para regular la tensión en la red equilibrando las bajadas y subidas provocadas por la intermitencia en la energía de origen solar.
En otras islas, como La Palma o La Gomera, ya están funcionando instalaciones de almacenamiento como servicios auxiliares para garantizar la calidad del sistema eléctrico. En la central Los Guinchos, de La Palma, un ultra condensador contribuye a la estabilidad de la red inyectando energía en caso de que haya algún problema en un grupo generador. El equipo se carga con la energía generada en la central, que se almacena hasta que es necesario usarla para evitar interrupciones en el servicio. En la Gomera, un volante de inercia contribuye a mejorar la estabilidad de frecuencia en la isla, una solución que funciona sobre todo en redes pequeñas.
En la central de Carboneras (Almería) estamos construyendo la mayor batería eléctrica de España. Esta batería permitirá que la central se adapte a las nuevas necesidades del sistema eléctrico, que incluye cada vez más energía procedente de fuentes renovables intermitentes, sobre todo eólica, que le obligan a modular su producción y a aplicar funciones de respaldo para cubrir la demanda en todo momento.
En Melilla, contamos con un proyecto piloto de almacenamiento energético de gran tamaño a través de un método pionero con baterías de coches eléctricos. El sistema, que ofrece una segunda vida a estos dispositivos ya usados, permite mejorar la garantía del suministro eléctrico en la ciudad con una inyección instantánea a la red durante 15 minutos de hasta 4 MW de potencia.
Participamos también en proyectos para analizar otras aplicaciones del almacenamiento, como el proyecto THESIS de almacenamiento térmico en generación, que estudiará alternativas para aprovechar el calor residual en grupos térmicos para generar energía.
El vehículo eléctrico como tecnología de almacenamiento: V2G
La tecnología de almacenamiento no se centra únicamente en centrales de generación, sino que puede aplicarse también a soluciones que benefician directamente al consumidor final. El vehículo eléctrico, por ejemplo, puede ser una auténtica “batería sobre ruedas”.
Es suficiente conectar el vehículo a un enchufe para que se vuelva parte integral de la red eléctrica, ayudando a estabilizarla: esa es la idea en la que se basa la tecnología V2G (Vehicle to Grid) que Enel está desarrollando ya en varios países europeos.
Gracias a esta tecnología un usuario de coche eléctrico puede cargar la batería de su vehículo en las horas valle y descargar la energía sobrante en su instalación cuando la energía es más cara o en momentos de picos de consumo. Se trata de una batería móvil inteligente que interactúa con la red de suministro.
Con la tecnología V2G, además de contribuir a la estabilidad de la red asegurando el flujo de energía, se ha dado un paso importante en el desarrollo de las redes inteligentes (smart grids), porque es una herramienta que permite equilibrar mejor la oferta y la demanda entre productores y consumidores de electricidad. En Málaga están funcionando seis cargadores V2G, instalados durante el proyecto Zem2All, que forman parte de las pruebas en entorno real que se están desarrollando en la evolución hacia la smart city.
Estos son solo algunas de las iniciativas con las que queremos contribuir a alcanzar un modelo energético sin emisiones. Apostamos por el almacenamiento energético como un factor clave de este proceso de transición que nos acerca, cada vez más, a un futuro más sostenible.